A. C: Tengo problemas con mi pareja porque empecé a trabajar después de pasar un tiempo de ama de casa, pero resulta que ahora me gusta un compañero del centro donde radico. Sé que le llamo la atención por la forma en que me mira. Tiene 20 años más que yo y es casado. No sé si abrirme a él o seguir en mi suspiro. Temo terminar con mi relación de dos años por algo que no sé si se dará o es idea mía.
¿Cuáles son las razones para terminar o prolongar la relación? ¿Por qué condicionar una decisión tan importante al hecho de que «se dé» el vínculo con otra persona?
Si en verdad tienes que separarte de tu compañero no importará mucho si se realiza esta u otra fantasía. En cambio, si solo te puedes separar con la garantía de que otro te acoja, será mejor analizar esa dificultad para la separación.
Quizá valga comenzar por esclarecer lo que se traba con tu pareja que te lleva a suspirar. Tienes problemas y por eso valoras separarte, con independencia del trabajo y de esa idea que puede o no darse. No bastó salir del lugar de ama de casa: ahora quieres ir más allá en tu grata fantasía, pero sigues sin abrirte a ver lo que te empuja a escapar.
Es importante detenerse a identificar qué te está sucediendo, porque te concierne, en tanto contribuyes a ello de muchas formas. Saber qué nos pasa ayuda a generar otras actuaciones y/o a reconciliarnos con las actuales, haciéndonos responsables por sus consecuencias. No dudes consultar a un profesional si permaneces sin saber qué hacer un tiempo más y aumenta tu malestar.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Psicología Clínica.