M.A.: Soy casada hace 12 años, tenemos dos hijos y éramos una familia feliz. Por algunas diferencias en la intimidad surgió en mí una desconfianza y me atreví a revisar el correo de mi esposo. Descubrí su bisexualidad. Durante años estuvo con su amigo de la adolescencia y conmigo. De inmediato le pedí el divorcio, sin decir la verdadera razón. Pero él no se convence. ¿Es conveniente hablar con la verdad? Tengo miedo de una reacción violenta suya al saber lo que descubrí. Él y mis hijos me culpan de destruir nuestro hogar.
Podrás encontrar la mejor manera de abordar el tema y no necesariamente tiene que ser la más directa, ofensiva o violenta para él. Sin embargo, te sugiero que antes tomes algún tiempo para pensar.
Comienzas a procesar la noticia, pero queda mucho por comprender, dialogar y decidir. De hecho, todavía te presentas diciendo «soy casada» y, por otra parte, te recuerdo que fuiste a buscar información porque algo dejó de funcionar en la intimidad. De modo que no es solo este hallazgo el problema entre ustedes.
Te propongo pensar en tus verdaderos motivos para pedir el divorcio. No se trata solo de que él tenga relaciones con hombres, sino de lo que eso significa para ti y cómo te sientes.
A los niños deben explicarles que ustedes tienen problemas de pareja, pero no agobiarlos con detalles, manipularlos a favor de uno u otro padre ni implicarlos en el proceso. La pareja se separa, pero ambos continúan siendo los padres responsables de proteger a sus hijos.
Si ustedes pudieron convivir con felicidad tantos años, seguramente encontrarán la forma de superar esta crisis, ya sea como matrimonio o como padres de sus hijos.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Psicología Clínica y psicoanalista
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