Este 14 de febrero, no importa cómo ni dónde, agradezca el hecho de saberse amado por otra persona, sea amistad, pareja o familiar
EL 14 de febrero toca a las puertas y con él llega otra oportunidad para demostrar a esos que nos acompañan día a día cuánto les queremos. No importa cómo ni dónde, sino agradecer el hecho de sabernos amados por otra persona, sea amistad, pareja o familiar.
Toda una serie de mitos giran alrededor de la figura de Cupido y las celebraciones por el Día del Amor, pero en ciertos momentos la presencia del travieso arquero se hace más fuerte y personas de todo el planeta esperan el día indicado para demostrar lo que sienten de las formas más originales, creativas y románticas posibles.
Sus orígenes se remontan a la antigua Roma, cuando se celebraban fiestas paganas denominadas lupercales en febrero en homenaje a Pan, semidiós griego de la fertilidad y la sexualidad masculina. El intercambio de cartas de amor, regalos y postales es una costumbre británico-francesa nacida en la Edad Media (y diseminada después por los comerciantes por el resto del mundo), y lo de San Valentín viene supuestamente por un monje que en secreto casaba a jóvenes parejas en contra de la voluntad familiar.
Curiosamente, en Japón son las mujeres quienes desde hace décadas regalan chocolate a sus esposos, compañeros de trabajo y amigos, en tanto cuentan que las solteras desesperadas de Gran Bretaña e Italia se levantan impacientes antes del amanecer de San Valentín y se paran frente a la ventana por aquello de que el primer hombre que vean se casará con ellas ese mismo año.
En Centroamérica es típico el intercambio de presentes a través del conocido juego de Amigos Secretos, para no dejar que el Día del Amor y la Amistad pase inadvertido. En Brasil, el llamado Día de los novios ocurre el 12 de junio, y en Colombia dedican al amor el mes de septiembre, coincidiendo con el Carnaval de Barranquilla, Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad.
Alguna gente preferirá pasar por alto la fecha, al menos este año, porque no tienen con quién compartirla o han sufrido alguna decepción amorosa reciente: «Supongo que ese día saldré con algunos amigos o me quedaré en casa con mi familia, pues en estos momentos no tengo pareja», expresa Brian Rodríguez con melancolía.
No obstante reconocen que la tradición, aun cambiada con el paso del tiempo, nunca se ha perdido, y coinciden en que lo más importante no es el regalo, sino su significado: la intención y el mensaje que este lleve.
Pero a veces Cupido se empeña en poner en aprietos a quienes desean impresionar a la persona amada. Desde hace días las tiendas se abarrotan de muchachas y muchachos desesperados por conseguir la mejor muestra de amor, que se suele complementar luego con cenas románticas, paseos y serenatas trovadorescas.
Para Linet Hernández, un beso, una tarjeta y la compañía de su pareja son suficientes, pero algunos más prácticos prefieren un obsequio útil o duradero: «Aún no sé qué regalarle a mi novio… Quisiera para él algo especial, que reviva nuestra experiencia como pareja», afirma Maydenys Rodríguez, mientras Ernesto Gómez confiesa: «Me encantan los perfumes, realmente los disfruto; si la persona que está a mi lado me regala uno demostraría que verdaderamente me conoce».
Mirla Pizarro, una joven de Alquízar, confiesa que le gustaría que la llevaran a algún restaurante y luego pasear tomada de la mano de su novio; pero otras prefieren flores, peluches y bombones… por eso Alexander Hernández asegura haber hecho encargos en la Casa del Chocolate.
De una u otra manera, nuestra juventud se empeña en celebrar ese momento con agrado, y aunque son disímiles las opiniones en cuanto a qué hacer, todos coinciden en que es una jornada delicada y llena de espiritualidad. Como diría el conocido grupo Buena Fe, definitivamente es una fecha de propuestas.
¡Llegamos al primer año! Más de 350 personas han visto publicados en esta sección sus correos, teléfonos y hasta direcciones postales para intercambiar mensajes de amor y amistad, y siguen entrando datos a la Redacción.
Gracias a este espacio han nacido amores que no reparan en distancia, edad, raza u oficio (ojalá no se olviden de invitarnos cuando haya pastel de boda). Pero nos alegramos sobre todo por quienes hallaron seres afines para conversar cotidianamente de sus gustos y preocupaciones, y los que a despecho de viejos convencionalismos se animan a ampliar sus horizontes y su filosofía de la vida, bien a través de los medios tradicionales, bien empleando las nuevas tecnologías de la información.
Algunos nombres ya se han hecho familiares en nuestro sitio digital: Kike, Pedro, Gualterio, Manuel, Mario, Luci, Isabel, Milito, Vidal… Gentilmente se encargan de dar la bienvenida a cada persona que se suma a los debates, lanzan piropos, sugieren temas… Son colaboradores virtuales que dan vida a esta página ¡y hasta nos colaron en Facebook!
Hay quienes nos acusan de «regionalistas»: creen que publicamos más nombres de la capital o no mencionamos a propósito algunas provincias, pero no es así. De hecho acá no escogemos a nadie: desde el pasado febrero nos escribe gente de cualquier confín de la Isla y todos los mensajes recibidos han salido en Encuentros. Quien escribió y no ve aún sus datos, ¡que los vuelva a mandar!
A raíz de la nueva sección, Sexo Sentido ganó también en amigos presenciales. La peña de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana (UH) tiene sus parroquianos fieles y cada mes se suman nuevas voces, lo cual equivale a descubrir nuevos puntos de vista y hasta «desclasificar» vivencias que contribuyen al crecimiento personal del grupo.
Y para que conste: ese no es un espacio formal con pautas rígidas sobre lo que se puede decir o preguntar. Sin pretensiones académicas, buscamos un remanso de confianza y optimismo, un escenario donde probar que el amor es el mismo desde que el mundo es mundo y a la vez continúa siendo misterio reinventado por todas las generaciones, que lo visten y desvisten cada vez con menos miedos y mayor naturalidad.
También ganamos voces en el Instituto Superior de Diseño Industrial, las facultades de Psicología y de Contabilidad y Finanzas e incluso en otras provincias: adonde nos inviten vamos, porque esta página es de ustedes.
En nuestra agenda están, ya para marzo, Yateras, Holguín y la Isla de la Juventud. El sábado 19 de febrero estaremos a las seis de la tarde en la galería Fayad Jamís, de Alamar, en la premiación del concurso de literatura erótica Farraluque, y a la siguiente semana visitaremos centros estudiantiles en Santa Clara. Veremos qué sorpresa nos tienen la noche de ese miércoles en la Universidad Central Martha Abreu.
Los invito a encontrarnos el último sábado de febrero a las dos de la tarde en el parque Almendares. Así celebramos el primer aniversario de Encuentros junto a la naturaleza, en un lugar emblemático de la capital. Para saldar deudas llevaré los libros digitales que tanto nos piden pero rebotan en el correo electrónico de muchos lectores; así que carguen con su memoria flash, y si tienen buenos materiales sobre el tema los intercambiamos ese día.
Una muchacha cree que encontró al «hombre de sus sueños» y pregunta si eso existe. Apenas lo ha visto un par de veces, pero confía en ciertos indicios: ese pensar en él todo el tiempo, ese salto en el estómago cuando anda cerca, ese deseo de ser mejor persona para gustarle a él…
¿Se puede amar a alguien sin conocerle aún? ¿Qué es el amor en cada etapa de la vida? ¿Es siempre un sentimiento para bien o nos trae problemas? La próxima semana escribiremos sobre el concepto de amor que defendemos en esta Isla. Será el resultado de un sondeo que arrojó muchas ideas geniales y otras muy tristes, pero igual de profundas.
En la peña de la UH un joven decía no haber amado nunca y nos preguntaba si no sería mejor así. La mayoría de quienes ya probamos el sabor de una gran pasión decimos que no, que no es mejor de ningún modo. Quienes ya peinan canas sin vivir ese sobresalto, se lamentan; ¿verdad, amiga M?
Para esa joven de los sueños en flor, para el chico que aún no encuentra su planeta amoroso, para todos, esta canción, cargada de ternura y esperanza.
De niño te conocí / entre mis sueños queridos, / por eso cuando te vi / reconocí mi destino. / Cuando pensaba que ya no iba a ser / lo que soñara, de pronto vino. / Tanto que yo te busqué / y tanto que no te hallaba, / que al cabo me acostumbré / a andar con tanto de nada. / Cuánto nos puede curar el amor, / cuánto renace de tu mirada.
Te conozco, / te conozco desde siempre, desde lejos. / Te conozco. / Te conozco como a un sueño bueno y viejo. / Es por eso que te toco y te conozco.
El lago parece mar, / el viento sirve de abrigo, / todo se vuelve a inventar / si lo comparto contigo. / La única prisa es la del corazón / La única ofensa es tener testigos. (Silvio Rodríguez)