La humanidad asiste a un cambio de paradigmas tecnológicos producto de la inteligencia artificial, cuyas consecuencias no pueden ser definidas aún. Hay un modus vivendi que comienza a resquebrajarse luego de dos décadas
Todo en el universo tiende al cambio. Y en el ámbito de la tecnología esta afirmación se hace especialmente cierta. Durante más de dos años hemos visto en esta sección cómo la inteligencia artificial generativa (IA) ha transformado, y sigue haciéndolo, las maneras en que interactuamos con el mundo que nos rodea. Y sigo hablando del tema porque, a mi juicio, es un fenómeno que apenas comienza.
La humanidad asiste a un cambio de paradigmas tecnológicos que están en pañales, cuyas consecuencias no pueden ser definidas aún. Los datos fundamentan mi afirmación: esta semana, un ejecutivo de Apple testificó que las búsquedas en Google cayeron en Safari el mes pasado por primera vez en la historia. Es algo que nunca había ocurrido en los últimos 22 años. Definitivamente, algo está cambiando.
Hasta ahora, la mayoría de las personas usan la web de la siguiente manera: abren un navegador, buscan el sitio o tema de su interés y, según lo que devuelva el motor de búsqueda, acceden a este o aquel resultado. Es así para la mayoría. Hasta marzo último, el 79.1 por ciento de las búsquedas se hacen, además, en Google, según refrendan datos de Statista.
Sin embargo, ese modus vivendi comienza a resquebrajarse luego de dos décadas. Eddy Cue, vicepresidente senior de servicios de Apple, fue quien dio el dato del bajón en las búsquedas en el juicio antimonopolio al que es sometido Google actualmente, al testificar el 7 de mayo último.
Cue vinculó la caída con el creciente uso de la IA, algo que Apple ahora está considerando integrar en Safari. El auge de herramientas de IA como ChatGPT, Perplexity, Gemini y Microsoft Copilot podría hacer que los usuarios dependan menos de Google como su principal fuente de información. Hay muchas razones para pensar en esto.
Las palabras de Cue provocaron además un pequeño terremoto: las acciones de Google cayeron un 7.5 por ciento, lo que significó en ese momento pérdidas por unos 150 000 millones de dólares. Google reaccionó urgente con un comunicado: «Seguimos viendo un crecimiento general en las búsquedas, incluyendo un aumento en las consultas desde dispositivos y plataformas de Apple. A medida que mejoramos la Búsqueda con nuevas funciones, la gente la encuentra más útil para más tipos de consultas, accediendo de nuevas formas, ya sea desde navegadores, la app de Google, con voz o mediante Google Lens».
De una manera velada el propio Google confirma con su comunicado que el testimonio de Cue es correcto. Además, intenta tranquilizar a los accionistas: aunque haya menos búsquedas en Safari, hay más en otros lugares. Google lo presenta como una «evolución natural». Antes no podías buscar subiendo una foto; ahora sí, con Lens. Si te gusta buscar así, quizá uses más la app de Google y menos Safari.
Hay investigaciones que soportan lo anterior. Rand Fishkin, experto en SEO y fundador de SparkToro, publicó un informe el mes pasado que contextualiza el auge de la IA frente al dominio de Google. Halló que las búsquedas en Google aumentaron un 21.64 por ciento entre 2023 y 2024. Como señala Fishkin, esto coincide con lo dicho por Sundar Pichai, director ejecutivo de Google, cuando lanzaron la función de AI Overview el año pasado: quienes la ven suelen hacer más búsquedas.
La AI Overview es lo que devuelve Gemini en Google cuando se hace una búsqueda. Para Cuba no está activada por parte del buscador, una consecuencia más de lo real que es el bloqueo.
Entretanto, la salud de la red de redes no solo depende del volumen de búsquedas. Es igual de importante de dónde obtienen las respuestas los usuarios, y aquí cambia el panorama. Cada vez más las consiguen directamente en Google.
Varios análisis muestran que los AI Overviews han reducido entre un 70 y un 80 por ciento los clics a las páginas web que originan la información. El usuario está satisfecho con lo que le muestra la IA y no accede a los resultados de búsqueda. En industrias como el periodismo ya tiene consecuencias: CNN, Vox Media, HuffPost y NBC han anunciado despidos en este 2025.
«Google preferiría dejar la narrativa aquí para calmar a sus accionistas: su motor de búsqueda sigue dominando, y la amenaza de disrupción está neutralizada (al menos la de competidores; aún queda el riesgo de una intervención estatal:
EE. UU. busca obligar a Google a deshacerse de Chrome y partes clave de su monopolio publicitario). Pero el pánico de los inversores no era infundado. Hay señales de un cambio real en las búsquedas, y no beneficia a Google. Tampoco beneficia a la web», señala el periodista Casey Newton en su boletín Platformer.
Un artículo publicado en New York Magazine, titulado Todos están haciendo trampa en la universidad, fue de los más virales la pasada semana. El texto refleja la historia de Roy Lee, un estudiante de la Universidad de Columbia que saltó a los titulares al crear un software para ayudar a ingenieros a hacer trampa en entrevistas técnicas de empresas tecnológicas (luego recaudó más de cinco millones de dólares para una app que «te ayuda a hacer trampa en todo»).
Lee es solo el ejemplo más visible de una tendencia imparable. «En enero de 2023, dos meses después del lanzamiento de ChatGPT, una encuesta a mil estudiantes reveló que casi el 90 por ciento lo usaba para tareas», según el artículo de New York Magazine.
El uso de IA no ha hecho más que acelerarse: un estudio del think tank británico Hepi halló que su adopción entre universitarios pasó del 66 por ciento en 2023 al 92 por ciento en 2024. Profesores que ya no distinguen entre trabajos escritos por alumnos o por IA confesaron a New York Magazine padecer de una «desesperación existencial». En Silicon Valley esto se llama product-market fit (ajuste producto-mercado).
Y este mercado, a diferencia de las búsquedas, es competitivo: los estudiantes no solo usan ChatGPT, también Gemini de Google, Claude de Anthropic y Copilot de Microsoft.
Por ahora, los AI Overviews de Google han evitado una migración masiva desde su motor de búsqueda. Pero está claro que, por primera vez en décadas, una generación crece con alternativas a Google como opción predeterminada. Y si hoy usan ChatGPT para hacer sus tareas, quizá cuando se gradúen lo empleen para casi todo lo demás.
Google lo sabe, y por eso busca instalar Gemini en tantos teléfonos como pueda. Por ahora, Gemini es el segundo chatbot más usado tras ChatGPT, y Google maneja 373 veces más búsquedas que OpenAI.
Pero aunque antes Google podía pagar 20 000 millones de dólares anuales a Apple por ser el buscador predeterminado en Safari y relajarse el resto del año, el testimonio de Cue muestra que eso ya no basta. Poco a poco, las generaciones actuales están cambiando sus hábitos: de las búsquedas tradicionales a los chatbots. Acaso Google tendrá que poner urgente más dinero en un plan B, aunque la pregunta es qué harán los demás.