Uno de los buques-insignia del fabricante de móviles radicado en Corea del Sur arribó este 24 de agosto a las tiendas con su característico lápiz óptico renovado, entre otras llamativas prestaciones
AL inicio fueron teléfonos móviles. Luego los llamaron «inteligentes», pretencioso término que los encumbró. Hoy, son parte de la cotidianidad, aunque las innovaciones y funcionalidades que incorporan en cada lanzamiento hacen que sean cada vez más todoterreno estos equipos.
Hace unos días, por ejemplo, y como cada agosto, se develó en Nueva York el Samsung Galaxy Note 9, y esta vez la empresa sudcoreana lo hizo por todo lo alto. El fiasco del Note 7 en 2016 hizo que su sucesor, el Note 8, llegara sin muchas estridencias un año atrás. Esta vez fue todo lo contrario.
La presentación realizada en «la ciudad que nunca duerme» se ha convertido en un espectáculo mediático no solo por la amplia cobertura que dieron los medios de comunicación al evento, sino por las nuevas propuestas que trae Samsung en un teléfono que no para de crecer.
Lejanos parecen ya los días en que un teléfono cabía perfectamente en la palma de la mano. Precisamente la gama Note, de Samsung, fue la que inauguró la era de los phablets, término empleado para definir a los móviles que estaban a medio camino entre un modelo convencional y una tableta.
Y si el primer Note fue un escándalo con sus 5,29 pulgadas de pantalla, hoy los guiños son mayores, pues el Note 9 ha llegado con nada menos que 6,4 pulgadas frontales, en formato quad HD, o lo que es lo mismo, 2 560x1 440 píxeles de resolución.
El nuevo terminal no rompe con las líneas tradicionales de diseño del Galaxy de Samsung, sino solo en el S Pen, el lápiz óptico que ahora es amarillo e incluye nuevas funcionalidades.
La pantalla ocupa todo el frontal del teléfono y no utiliza Samsung el popular notch, una protuberancia en la parte superior de la pantalla que puso de moda Apple con su iPhone y luego fue copiada por otros fabricantes.
En la parte inferior este Note 9 mantiene el conector USB tipo C, y un conector para audífonos. El equipo también incopora bocinas estéreo.
Como característica llamativa aparece el almacenamiento del teléfono, que puede crecer hasta un terabyte. La cifra da la idea de que no hablamos de un teléfono, pero esto viene acompañado de otro giro importante: Samsung apuesta con este modelo al sector de los gamers o personas que tienen a los videojuegos como entretenimiento.
Actualmente buena parte del mundo vive lo que se conoce como «el fenómeno Fortnite», dado por la popularidad que ha alcanzado el videojuego homónimo en casi todas las plataformas. Desarrollado por Epic Games, el modo Battle Royale —todos contra todos— de Fornite tiene atrapado a medio mundo… menos a los usuarios de Android.
La compañía estadounidense piensa llegar a la plataforma móvil más usada a nivel global mediante una alianza con Samsung. De acuerdo con lo visto en Nueva York, serán los usuarios del Note 9 quienes reciban la versión beta del juego antes que los demás.
Fornite, aclaremos, no es un juego para cualquier móvil. Su calidad gráfica requiere de un equipo potente, y Samsung puede proveerlo. El Note 9 viene de serie con un procesador Exynos 9810 de ocho núcleos, y su memoria RAM variará entre seis y ocho gigabytes, números nada despreciables para que Fornite corra sin problemas.
La movida de Samsung, aparte de una inteligente estrategia de marketing que le garantice ventas, se basa también en la tendencia del mercado móvil de acaparar, cada vez más, la atención de los jugadores.
Modelos como Razer Phone —de la firma que más periféricos para videojugadores fabrica en el mundo—; Black Shark, de Xiaomi, o Nubia Red Magic, están disponibles en el mundo de los móviles para aquellos que prefieren emplear estos dispositivos con juegos de altas prestaciones.
La tendencia a que este segmento acapare cada vez más atención de las grandes compañías radica en las jugosas ganancias que dejan. En los últimos tres años, por ejemplo, los videojuegos móviles dejaron 29 000 millones de dólares anuales en ganancias, cifra que consultoras como Digi-Capital sitúan en los 45 000 millones para 2018.
El secreto mejor guardado de Samsung antes de la presentación del Note 9 —hubo un sinnúmero de filtraciones relacionadas con el teléfono— fue su S Pen.
De antemano se conocieron varias características del terminal, como la de la batería, que es de 4 000 miliamperios/hora —un 21 por ciento mayor que su antecesor, el Note 8—, pero poco se sabía del S Pen.
El lápiz característico de este modelo llega totalmente renovado. Ahora incorpora conectividad Bluetooth y un condensador para que almacene energía. Los directivos de Samsung explicaron que el lápiz se puede cargar con el mismo teléfono en apenas 40 segundos y así tendrá energía para ser usado media hora, o el equivalente a 200 clics.
El S Pen puede ser empleado como un control remoto a una distancia de hasta diez metros, con varias aplicaciones, como Power Point. También se conecta a Samsung DeX, el perférico de la compañía sudcoreana para convertir el teléfono en una pequeña PC, al enlazarlo a un televisor mediante un cable.
Asimismo, con el S Pen el usuario puede controlar la reproducción de música o lo que ve en YouTube. La nueva funcionalidad contará con un paquete de desarrollo que será abierto para quienes deseen incorporar funcionalidades a sus aplicaciones, aunque ello dependería, cree este redactor, de cuán popular resulte un teléfono que a priori apunta a la élite con su elevado precio de más de mil dólares.
Otras características interesantes en este terminal de Samsung son su lector de huellas digitales —ubicado en la parte trasera—, así como el sistema de escaneado inteligente que permite el reconocimiento del iris o, si hay mucha oscuridad, el facial.
El Note 9 llegará además con doble cámara con apertura variable, modo retrato y un software mejorado para detectar si alguien en la foto cerró los ojos, por ejemplo. Igualmente el equipo mira al futuro, con conectividad LTE categoría 18, lo que en castellano significa que es capaz de alcanzar velocidades de hasta 1,2 Gb/s, algo que ningún operador oferta hoy en el mundo.
Las ventas del teléfono comenzaron este 24 de agosto a nivel global. Ese día un nuevo terminal aterrizó en las tiendas, confirmando a Samsung como uno de los principales actores del mercado de los móviles, y recordándonos que quizá nunca más un teléfono quepa en la palma de la mano.
Dimensiones físicas: 161,9 x 76,4 x 8,8 milímetros; peso 201 gramos.
Pantalla: Super Amoled 6,4 pulgadas; aspecto 18.5:9
Resolución: QHD+ (2 960 x 1 440 píxeles); 516 ppp.
Procesador: Exynos 9810 10 nm octa core (2,7 + 1,7 Ghz).
RAM: 6/8 GB.
Memoria: 128/256 (microSD hasta 512 GB). VERSIÓN SOFTWARE: Android 8.1 con Samsung Experience.
Conectividad: LTE Cat. 18 (1,2 Gbps), WiFi AC, Bluetooth 5.0, NFC, GPS, ANT+, USB-C, minijack auriculares
Cámaras traseras: Dos sensores de 12 megapíxeles: Dual Pixel, apertura variable f/1.5-2.4, OIS + telefoto f/2.4, AF, OIS