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Como mismo aseguraba el Bárbaro del Ritmo cuando le cantaba a Cienfuegos, Chicago es la ciudad que más le gusta a Dick Wolf, uno de los productores estrella de la televisión en abierto estadounidense, junto con Greg Berlanti (Everwood, Arrow, Flash...) y Shonda Rhimes (Anatomía de Grey, Práctica Privada, Escándalo, Cómo salvarse de un crimen). Adorado en el mundo entero por ser el creador de la franquicia La ley y el orden, que arrancara en 1990 (compartiendo con el oeste Gunsmoke el récord de ser el drama más añejo de la pequeña pantalla en esa nación), el también guionista de cine decidió abandonar el escenario de Nueva York para instalarse a partir de 2012 en la llamada Ciudad de los Vientos.
Así surgió Chicago Fire, la niña de los ojos de la cadena NBC, cuando La ley y el orden: Los Ángeles dejó de funcionar. Entonces Wolf tuvo la brillante idea de dejar «enfriar» un poco el sistema judicial norteamericano y retomar lo que antes había hecho Turno de guardia, centrándose en el universo de los bomberos y los paramédicos, de seguro convencido de que tras el capítulo piloto de esta serie procedimental tendría un ejército de fans.
Y no se equivocó en lo absoluto: no solo Chicago Fire renovó su sexta entrega (que ahora transmite Multivisión) en la temporada 2017/2018, sino que a partir de ella nació una exitosa saga que la audiencia continúa prefiriendo, protagonizada primero por los policías de Chicago P.D. (va por la quinta), quienes nos condujeron hasta los médicos de Chicago Med (tercera). Únicamente la de los fiscales, Chicago Justice, fue incapaz de enganchar a los «seriéfilos», lo que indica que este productor ejecutivo sabe cómo amarrar a los espectadores a las butacas.
Con This is Us como principal contrincante dentro de la parrilla de la cadena, Chicago Fire inició con una tragedia: la muerte del mejor amigo de los tenientes Kelly Severide (Taylor Kinney) y Matt Casey (Jesse Spencer), responsables de las acciones para sofocar un destructivo incendio. En lo adelante, esta ficción seguirá bien de cerca los pasos de los integrantes de la estación 51 del Departamento de Bomberos de Chicago, que incluye el camión 81, el equipo de rescate 3 y la ambulancia 61. Desde el principio Dick Wolf nos hace ver que los personajes principales de su creación son personas cuyo trabajo es salvar la vida de otros y poner en peligro constantemente las suyas.
Aunque correcto, no es Chicago Fire un drama innovador, que cuenta historias que asombran (ya sea por el contenido o por la forma en que se desarrollan) y que se convierten en obras de culto. En lo absoluto. Pero sin dudas tiene la capacidad de entretener y de lograr la empatía de los televidentes con sus personajes, que a fin de cuentas son los primeros quienes la pueden mantener viva. Busca conmovernos mostrando la arista más humana de estos profesionales, tanto en sus misiones como en sus vidas privadas, que muchas veces se ven afectadas por la envergadura de la labor que ejecutan. En ese sentido, los bomberos tienen no pocas emociones fuertes que ofrecer.
Ya se sabe que no escasearán ni el fuego ni la acción, y por lo general en cada capítulo se nos presentará un caso autoconclusivo, es decir, habrá un incidente (incendios, accidentes, derrumbes...) que se «resolverá» por bomberos y paramédicos en los próximos 40 minutos, pero que siempre dejará consecuencias y huellas en los personajes, lo cual posibilitará la evolución de los diferentes caracteres.
Es de ese modo como iremos descubriendo quiénes son y qué mueve no solo a Severide y a Casey, sino también al jefe Boden (Eamonn Walker), a sus subordinados Peter Mills (Charlie Barnett), Christopher Herrmann (David Eigenberg), Brian «Ottis» Zvonecek (Yuri Sardarov), Joe Cruz (Joe Minoso), Randy «Mouch» McHolland (Christian Stolte), Jimmy Borrelli (Steven R. McQueen)...; a las paramédicos Gabby Dawson (Monica Raymund), Leslie Shay (Lauren German), Sylvie Brett (Kara Killmer), Jessica «Chili» Chilton (Madison Burge)..., aunque los dos primeros sean las principales cartas de triunfo de Chicago Fire.
De cualquier manera, el hecho de que Jesse Spencer (conocido aquí sobre todo por su Dr. Chase en House) y Taylor Kinney (Mason Lockwood, uno de los hombres lobo de Diarios de un vampiro) despierten tantas simpatías no quiere decir necesariamente que sus desempeños histriónicos sean del todo satisfactorios. Hay en sus intervenciones más músculos y caritas estudiadas para diferentes situaciones que actuaciones con «verdad». Más convencen Eamonn Walker, como el experimentado responsable de la estación 51, y Charlie Barnett, como el joven que sueña con seguir los pasos de su padre.
Llama la atención cómo se desenvuelve a las mil maravillas el universo concebido por Dick Wolf, que se evidencia en esos crossovers y personajes que pasan de una serie a otra, incluida la popular La ley y el orden, de donde proviene la detective Olivia Benson (Mariska Hargitay) o como el policía «corrupto» Henry «Hank» Voight, que tanta emoción le dio a la primera temporada y luego encabezó Chicago P.D. (Jason Beghe), junto a, otro recurrente, Antonio, el hermano de Gabby Dawson (Jon Seda).
Para mi gusto, a este Chicago Fire (en la actualidad la menos vista de la franquicia) le falta mucho más «fuego», más adrenalina. Tal vez me suceda que los conflictos y las soluciones de los capítulos sean un poco predecibles, pero de todas maneras se pasa bien compartiendo esas historias que nos hablan de humanismo, lealtad, compañerismo y amistad.
En estos momentos, NBC acoge en su parrilla cuatro series que llevan la firma de Dick Wolf, quien comenzara su carrera como publicista, pues no solo se transmiten Chicago Fire, P.D. y Med, sino también Law & Order True Crime: The Menendez Murders. Este último es un dramatizado del tipo antológico, cuya primera temporada se adentra en el caso de los hermanos Kyle y Erik Menéndez, quienes asesinaron a sus padres en 1989. Son diez capítulos que recrean el mediático proceso judicial, los cuales están protagonizados por la consagrada actriz Edie Falco (Los Soprano y Nurse Jackie).
ER, The Good Wife, Mike and Molly, Married with Children, Marry Me y Prison Break, son algunas de las series que han tomado a Chicago como principal escenario, de modo que la saga creada por Dick Wolf no es la excepción. En el caso de Chicago Fire el título hace alusión tanto al departamento de bomberos, como al gran incendio que asoló la ciudad en 1871.