Durante el diseño del llamado Puente del Milenio de Londres se tuvo en cuenta la posible influencia de todo tipo de vehículos y cargas, pero no se pensó en los peatones
Ingenieros civiles de la Universidad inglesa de Bristol han examinado la forma esencial de mantener el equilibrio por parte de los seres humanos y descubrieron con sorpresa que peatones caminando al azar y manteniendo su equilibrio normalmente pueden provocar grandes balanceos en estructuras colgantes como el llamado Puente del Milenio, en Londres.
Este puente de suspensión lateral tiene 320 metros de largo y desde su estreno, el 10 de junio del año 2000, empezó a oscilar por el movimiento de miles de peatones sobre él. Primero leve, luego el tambaleo se intensificó y de repente las personas caminaban como patinadores de hielo ladeándose a cada paso.
Durante el diseño se tuvo en cuenta la posible influencia de todo tipo de vehículos y cargas, pero no se pensó en los peatones. La misma curiosa interacción ha sido observada en otros pasos aéreos, como el puente colgante de Clifton, en Bristol.
Fuentes: Amazings, ABC
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José Ortega Gasset