Con atrayente apariencia estrellada, la carambola es una fruta a la que le han endilgado propiedades beneficiosas, pero a la luz de nuevos conocimientos tales dones son discutibles
Pueden seducirnos la forma y el sabor dulce del curioso fruto. Cuando está maduro, adquiere un color entre amarillo y anaranjado. Pulposo y jugoso, de aspecto alargado y ovoide, tiene generalmente cinco prominentes cantos que le confieren, si hacemos un corte transversal, el llamativo aspecto de estrella.
A este fruto, que brota de un arbusto de la familia de las oxalidáceas, se le han dado numerosos nombres como «fruta estrella», tiriguro, «cinco dedos», tamarindo chino, dulce o culí, ciruela o fruta china, árbol del pepino, torombolo, y carambolera, carambolero, o simplemente… carambola.
A ciencia cierta no se conoce por quién, cómo, ni cuándo fue traído a nuestros campos este arbusto. Lo indudable es su origen asiático, específicamente de Indonesia, la India y Sri Lanka.
Desde esa zona geográfica la fruta se ha diseminado a otras regiones tropicales del orbe. En la actualidad, las naciones que más la cosechan son Malasia, Tailandia, Indonesia y Brasil.
Su consumo se acrecienta en muchas partes, ya sea directo o en dulces y jugos elaborados con la pulpa del fruto. El interés en ella ha propiciado numerosos patrocinios por disímiles personas que le adjudican «maravillosas virtudes».
Se señala que tiene cualidades nutritivas, que es rico en vitaminas A y C, que ayuda a aliviar síntomas de la vejiga, aumenta la producción de orina (diurético) y alivia el dolor de cabeza, la tos y el insomnio. Se ha llegado a aconsejar su consumo en los niños, los jóvenes, los adultos, los deportistas, las mujeres embarazadas, madres lactantes y los ancianos.
De igual manera hay quienes refieren que es beneficioso para tratar la hipertensión arterial, otras afecciones cardiovasculares y la diabetes mellitus.
Para probar los posibles beneficios de la carambola se han desarrollado investigaciones científicas, en las cuales se comprueba la existencia de ciertos elementos beneficiosos en su constitución, como sustancias antioxidantes y antinflamatorias, y hasta un compuesto químico —un tipo de ciclohexanediona— que se encuentra principalmente en las raíces de la planta y posee propiedades antidiabéticas y anticancerígenas —esencialmente contra el cáncer de mama—; tales características son motivo de intensas investigaciones.
En una de las naciones donde más se produce y consume la carambola fue donde empezaron a reportarse los primeros eventos adversos.
Durante agosto del año 1990, diez pacientes que padecían de insuficiencia renal crónica y recibían hemodiálisis —tratamiento conocido como riñón artificial— en un centro hospitalario de São Paulo, Brasil, empezaron a experimentar un extraño cuadro de hipo, muy difícil de tratar. Todos tenían en común haber consumido la fruta estrella.
El hecho llamó la atención del equipo médico carioca, que tres años más tarde publicó el suceso en una revista médica brasileña: nacía así la primera descripción de un efecto tóxico, en humanos, de la mencionada fruta.
No se podía encontrar en aquellos momentos un argumento terminante sobre este evento, a pesar de que hacía una década investigadores malasios habían reportado cómo la administración de extractos del citado fruto dentro del abdomen de animales de experimentación causaba toxicidad neurológica (neurotoxicidad) grave.
A partir de lo sucedido a aquellos diez pacientes, aparecieron otros reportes brasileños de toxicidad —diferentes del hipo— asociada al consumo de carambola en enfermos con insuficiencia renal. Las consecuencias eran vómitos, insomnio, agitación psíquica y motora, confusión mental, convulsiones y hasta casos de muerte.
Con el tiempo se pudo descubrir la sustancia responsable de estas alteraciones. Se le llamó caramboxina. El hallazgo no solo causó revuelo entre los nefrólogos del mundo: constituyó un hito para la Medicina del país sudamericano, al realizar una novedosa contribución a las ciencias médicas y a la Farmacología a partir de la observación y descripción de las manifestaciones clínicas del envenenamiento por carambola en aquel grupo de pacientes.
Ahí no quedó todo: se empezaron a revelar otras particularidades toxicológicas y bioquímicas de esta fruta, que no le favorecían en nada.
La carambola tiene la distinción de poseer una cantidad considerable de oxalatos. Esas sustancias pueden causar insuficiencia renal aguda en personas con una función renal previamente normal, pues las cantidades de sales de oxalato pueden estar presentes en la fruta estrella entre 80 y 730 mg/dL.
El primer estudio donde se describió este daño renal en humanos se publicó en 2001. En la actualidad se conoce que las sales de oxalato causan daño renal por la precipitación de estas sustancias en una parte de los riñones, lo cual provoca obstrucción al flujo de orina. Se hizo frecuente el reporte de casos con deterioro importante de la función renal después del consumo de carambola, sobre todo en personas ancianas.
Hasta el presente no se ha logrado determinar la cantidad exacta de carambola que una persona puede consumir con seguridad. Por lo tanto, con todas estas evidencias, no sería desacertado divulgar estos riesgos para que no sucedan desagradables percances a la salud… por carambola.
*Doctor en Ciencias Médicas. Especialista de 2do grado en Medicina Interna
Algunas fuentes consultadas:
Gao Y. et al. The antidiabetic compound 2-dodecyl-6-methoxycyclohexa-2,5-diene-1,4-dione, isolated from Averrhoa carambola L., demonstrates significant antitumor potential against human breast cancer cells. Oncotarget. 2015; 6:24304-19.
Barretti P. Star fruit intoxication in chronic kidney disease patients: from the first clinical description to caramboxin. J. Bras Nefrol. 2015; 37:429.