Después de suspender el primer lanzamiento programado esta semana, la nueva misión hacia la Luna retomará calendario entre viernes y sábado
DESPUÉS de ser suspendido este lunes el lanzamiento del cohete Sistema de Lanzamiento Espacial, como parte de la operación lunar Artemis I, la NASA ha anunciado esta semana que lo intentará de nuevo este sábado desde Cabo Cañaveral, en la costa este de Florida (EE. UU.).
La suspensión del esperado lanzamiento se debió a problemas técnicos en uno de los motores del cohete, según el anuncio oficial, y ahora la Agencia Espacial Norteamericana detalla que los equipos «están avanzando con un segundo intento de lanzamiento el sábado 3 de septiembre».
La llamada ventana del nuevo lanzamiento se abre ese día a partir de las 14:17 hora local, de acuerdo con lo expresado por los encargados del programa espacial en una teleconferencia.
Mike Sarafin, director de la Artemis I, confirmó que, luego de estudiar detenidamente lo sucedido, se determinó que la falla principal tuvo que ver con la temperatura adecuada que debe tener el motor al momento del despegue, después de la carga de hidrógeno líquido.
El pasado lunes, uno de los cuatro motores RS-25 del potente cohete SLS diseñado para esta misión no pudo alcanzar el rango de temperatura adecuado que se requiere para el despegue. El lunes, los técnicos trataron sin éxito una serie de correctivos hasta que finalmente se vieron obligados a suspender el lanzamiento, y dejar en expectativa a millones de personas que seguían la noticia.
La suspensión supuso un revés para una misión que algunos medios cifraron en 4 000 millones de dólares, y que suponía el debut en toda regla del cohete SLS, de 98 metros de altura y el más potente fabricado hasta la fecha, gracias a sus cuatro motores RS-25 y dos propulsores adjuntos.
Pero luego del anuncio de posposición, pareciera además que la curiosidad por entender de qué trata la misión Artemis I y cómo será el regreso del hombre a la luna se ha disparado aun más.
Repasemos entonces los principios de este programa que promete ser el seguidor de Apolo y llevarnos más lejos en el viaje lunar.
Durante el viaje de 42 días, Orión seguirá un trayecto elíptico alrededor de la Luna, acercándose unos cien kilómetros, en su aproximación más cercana, y más de 64 000 kilómetros en la más lejana, la mayor profundidad en el espacio de una nave diseñada para transportar humanos. Uno de los principales objetivos es probar el escudo térmico de la cápsula, que con unos cinco metros de diámetro es el más grande jamás construido.
A su regreso a la atmósfera terrestre, el escudo térmico tendrá que soportar velocidades de 40 000 kilómetros por hora y una temperatura de 2 760 grados Celsius, aproximadamente la mitad de la temperatura del Sol.
El objetivo de esta misión lunar es nada menos que realizar un viaje de ida y regreso a la Luna y busca poner a prueba las capacidades del cohete SLS y de la cápsula Orión.
La NASA y otras agencias espaciales han renovado sus ambiciones lunares porque la Luna ofrece un destino científicamente rico y relativamente cercano para la exploración planetaria. Como han revelado las muestras devueltas por las misiones Apolo, los suelos y los cráteres de impacto de la Luna actúan como una biblioteca que narra la historia de 4 500 millones de años del sistema solar.
El satélite natural de la Tierra también podría servir de campo de entrenamiento para las misiones a otras partes del sistema solar.
La aspiración «secundaria» del programa se enfila hacia Marte. Aunque la Luna y Marte difieren en muchos aspectos, las lecciones aprendidas en la Luna podrían servir de base para una eventual exploración humana del planeta rojo.
Además, varios de los principales responsables de la operación han reiterado que Artemis también busca promover la cooperación pacífica e internacional en la exploración del espacio. Aunque es un programa estadounidense, los responsables de la NASA han invitado a otros países a unirse al esfuerzo.
Canadá y Japón se han comprometido a ayudar a construir una futura estación espacial alrededor de la Luna, conocida como Gateway. La NASA también ha firmado los llamados Acuerdos Artemis con Canadá, Japón y al menos otros 18 países, un conjunto de pactos no vinculantes que establecen principios para la cooperación pacífica en el espacio.
Se espera que la Nasa gaste 93 000 millones de dólares entre 2012 y 2025 en el programa que hasta hoy ya lleva un coste de 4 100 millones de dólares por lanzamiento, según datos citados por National Geographic.
La próxima misión, Artemis II, pondrá a los astronautas en órbita alrededor de la Luna aunque sin alunizar.
En mayo de 2024, una tripulación de cuatro astronautas podría volar a la órbita lunar en Artemis II, la primera vez que los humanos realizarán ese viaje de aproximadamente 4 087 kilómetros desde 1972. Y ya en 2025, la NASA planea la misión Artemis III para volver a llevar personas a la Luna.
El programa pretende establecer una presencia humana duradera en la Luna con una estación espacial en órbita bautizada Gateway y una base en la superficie.
Se espera que Gateway sirva como estación de parada y reabastecimiento para un viaje al planeta rojo que tomaría como mínimo varios meses.
El cohete que surcará el cielo este fin de semana para probarse técnicamente posee cuatro motores RS-25 y dos propulsores adjuntos. Foto: NASA