Así de fácil cierra hoy un ciclo que nos confirma que para pintar y crear, no necesariamente precisamos de un pincel
En semanas anteriores, así de fácil te descorrió las cortinas de un «mundo mágico» con siluetas de figuras y animales nacidos todos de las palmas de las manos previamente teñidas de pinturas y estampadas luego sobre superficies de papel, cartón, tela...
Este miércoles te mostraré un «mundo paralelo» con origen muy similar a aquel: aprenderás cómo también podemos hacer arte con las plantas de los pies. Así cerramos un ciclo que nos confirma que para pintar y crear, no necesariamente precisamos de un pincel; pues con las palmas de las manos y las plantas de los pies, podemos recrear nuestro mundo o esbozar otro fantástico que solo habita en nuestra imaginación.
Como añadidura, podrás empelar tantos «pinceles» como cómplices logres sumar a esta aventura de pintar con las manos y los pies. Involucra a tu familia y amigos y obtendrás toda una colección de «pinceles» de diferentes tamaños.
Imagino que a partir de ahora dibujar un ramo de flores o una mariposa no te resulte tan difícil como antes, pues será así tan fácil como entintar tus manos o pies y estamparlos luegos.
Casi tan fácil y tan rápido como decirlo, y tan original y único como que no habrá jamás una pintura como la tuya, en tanto no hay en el mundo otras huellas iguales a las tuyas. Una pequeña gran obra de arte que incluso antes de cobrar forma, ya viene firmada por su autor... o autores.
Te espero el próximo miércoles con más sorpresas e ideas para embellecer tus días. ¡No me faltes!
Mágicas criaturas puedes descubrir detrás de una simple pisada.
Si le añades detalles y colores, las variaciones van llenando el espacio en blanco.
Este grillo se puede lograr con muy pocos trazos.
Pocas figuras encajan tan bien con nuestra huella como una rana saltarina, que decoraría de modo especial la habitación de los pequeños.
Un conejo de espaldas, un conejo pensativo...
Ciertamente nuestras aguas imaginativas acogen a especies muy raras y originales.
La vaca despistadas y el pulpo feliz tienen un parentesco inusual, tus pies.
Hasta un koala y aves enamoradas pueden poblar este mundo animal, y si lo combinas con el resto de los animales, podrías crear un tapiz para el cuarto de tus hijos.