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Libros nuevos, ¿escuelas nuevas?

Autor:

Lisandra Gómez Guerra

Faltó poco para que Alex hiciera una tercera guerra mundial. No hubo quien se le escapara a su paso desde la escuela hasta la casa. Sus nuevos libros de texto fueron los responsables de una euforia compartida con conocidos y desconocidos. A cada una de sus «víctimas» les explicó con puntos y señales los requisitos imprescindibles para su conservación.

«Ni presillas, ni doblarlos, porque al tener más hojas se pueden romper más rápido», repitió frente a todos los ojos que, admirados, disfrutaron de los nuevos colores y figuras de la base material de estudio del pequeño yayabero que cursa el primer grado.

Y es que Sancti Spíritus cuenta ya con más de 150 nuevos títulos, repartidos entre libros de texto, cuadernos complementarios y orientaciones metodológicas, herederos del Tercer Perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación. Una primera entrega dividida en tres grupos: primer y cuarto años de vida de la primera infancia y el Programa Educa a tu hijo, e iguales grados de la enseñanza primaria, a los que se les añaden los de sexto de la especial, séptimo y décimo grados.

Un proceso que es hijo de un estudio realizado entre los años 2010-2013 por el Instituto Central de Ciencias Pedagógicas. Entre sus resultados se confirmaron algunas realidades conocidas por las mayorías: sobrecarga de algunos programas y sus contenidos e insuficientes horas para la consolidación y sistematización de determinados contenidos.

Por tanto, el llamado Tercer Perfeccionamiento al transformar lo que se hace al interior de los planteles desde 1987, cuando se materializó el segundo proceso de ese tipo en el país, apuesta por favorecer el interés del alumnado por aprender, de acuerdo con los actuales tiempos. En ese complejo camino, la familia tendrá un rol más activo y existirán más vínculos entre el resto de los grados. Solo así se podrá experimentar un anhelo de hace muchos años y que responde a las aspiraciones de los modelos educativos mundiales: la escuela será el verdadero centro de su comunidad.

Para lograr dichas aspiraciones no solo serán útiles los nuevos libros con llamados de atención, cuadros, curiosidades, preguntas y respuestas, tareas y los atractivos avatares —diseños novedosos emergidos del Instituto Superior de Diseño— y los cambios de nombres de las asignaturas Computación por Mi mundo digital o Inglés por Idioma Inglés.

Tampoco, el incluir nuevos términos al vocabulario colectivo: alumnos por educandos, maestros por educadores y las instituciones que rodeen al plantel por agencias. Son esos solo algunos agregos para una transformación radical en el pensamiento y acción de todos los entes que participan en los proyectos educativos: profesionales del sector, alumnado, familias y comunidad.

Y es que en ese sentido aún hay fisuras reforzadas por un éxodo del recurso humano que tiene contra la pared el completamiento de la cobertura docente con profesionales capacitados. Tareas extraclases que ponen a correr, por sus contenidos divorciados de las habilidades a vencer según el grado, a las familias con trabajos impresos y datos que hasta en internet cuestan encontrar.

Lo reconocieron los debates de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de la Asamblea Nacional del Poder Popular. El control realizado por algunos diputados detectó, tal y como se publicó, la necesidad de fortalecer la superación, formación y atención a directivos y educadores para elevar la calidad de la formación integral de los alumnos, y utilizar más el contexto comunitario. Igualmente, hoy no se logra en todas las aulas una estrecha relación con las familias y aún es insuficiente la formación científica en función de garantizar el cambio en la forma de aprender y actuar del alumnado.

También hay que mirar con lupa los soportes tecnológicos de las escuelas. Se habla de explotar los productos de Cinesoft y generar una cultura para el uso adecuado de las redes sociales. Ante las ausencias de equipamientos, los celulares y tabletas que no pocos llevan escondidos en sus mochilas con la anuencia de tutores legales podrán sumarse a las acciones que con la rapidez de un clic nos llevan a un museo o nos presentan las esencias más humanas de los hombres y mujeres hacedores de nuestra historia.

Sin dudas, verdaderos retos que traspasan la tenencia de libros, programas y orientaciones metodológicas actualizadas, que paulatinamente llegarán al resto de los grados. El éxito verdadero del proceso educativo que se impulsa en el país estará en el hacer de una escuela con la comunión de todos, donde primen saberes y valores en consonancia con una sociedad más integral, respetuosa e inclusiva.

 

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