El intenso calor, en todo el mundo, vuelve a ser noticia y particularmente los incendios forestales en la Amazonía, que además de las grandiosas pérdidas materiales están cobrando vidas, a corto y a largo plazo, pues cada vez que se devasta un bosque, un pulmón verde del planeta, estamos acortando la existencia de todas las especies.
A modo de ayuda, para evitar que usted pueda provocar uno de estos grandes incendios, le traemos estos consejos, de los cuales hemos hablado en otras ocasiones, pero que nunca están de más.
Lo ideal sería que no fuera a ninguna zona boscosa; usted no es ni el lobo, ni caperucita… Pero bueno, ya que está ahí, posiblemente sin saber cómo regresar, le propongo leer mis sabias y oportunas recomendaciones:
1.- No se quede parado en un solo lugar. Si la vida le ha ofrecido la oportunidad de ubicarlo en uno de los lugares más hermosos del mundo a causa de su exuberante vegetación y su espléndida fauna, ¿cómo usted va a quedarse parado en un solo lugar? ¡Pasee, disfrute del entorno! No piense en que hay que trabajar, no piense en su familia. Ellos están bien. Recuerde que quien no está bien es usted. ¿Por qué no darse esa oportunidad de contemplar la vida, amén de que la suya esté en peligro?
2.- Aprenda de memoria la pregunta: ¿Por dónde cogió el jaguar? Esta interrogante le ayudará a evadir el peligro mientras pueda. Es necesario su dominio en varios idiomas y dialectos, incluso en jaguar. Una vez que obtenga la respuesta correcta, es recomendable que siga su camino en dirección contraria.
3.- Haga uso de su buena caligrafía. Es consabido que usted, haciendo gala de su inteligencia, dejará alguna señal en diversos troncos. Para estos casos existen señales lumínicas con flechas que indican la dirección. No seamos optimistas, pensemos que por algún motivo inconcebible usted no trajo consigo estas placas. ¿Qué hacer? Es fácil. Escriba con letra clara y legible su nombre en varios árboles a lo largo del camino. Insisto en la legibilidad de la escritura. Usted no es el único que se pierde en la selva, y después hay que estar desentrañando garabatos. Además, abunde a la hora de dar dicha información, y sea afable con su presunto salvador. Por ejemplo: Aquí, en horas de la mañana del día de hoy (poner fecha y hora exactas), temeroso de ser devorado por los caníbales, hizo un alto para descansar, su estimado amigo (poner nombre y apellidos), quien agradecería eternamente se interesara —si no tiene algo más importante que hacer— en seguir estas modestas huellas.
Si va usted acompañado en este excéntrico viaje, incluya el nombre de su pareja. De tratarse de dos o más hombres no grabar corazones junto a la nota para evitar malos entendidos.
4.- No incluya comidas pesadas en su dieta. Menos aún si es usted una persona pasadita de peso. No ingiera alimentos ricos en grasas, carbohidratos y proteínas. No ingiera alimento alguno. No se deje atormentar porque en su mochila, o en los alrededores no aparezca algo comestible. Es el momento idóneo para una rigurosa dieta.
5.- Ni cante, ni coma frutas. Muchos para ahuyentar el temor deciden cantar en voz alta. Si con anterioridad alguna institución especializada no le ha señalado sus aptitudes vocales para el canto, no cante. En la selva conviven una variada gama de especímenes (humanos, animales y vegetales) que pueden no estar de acuerdo con su timbre musical. En el caso de las frutas, no se deje tentar. Este es un lugar rico en frutos venenosos.
6.- ¡Deje ya el cigarro! Este es el más importante de todos los consejos. ¡No fume más! incluso, si antes nunca había fumado, ni lo piense ahora. Eso que considera pudiera calmar sus nervios, podría ser la manera inmediata de que usted sienta lo mismo que una chuleta en una parrillada.
Hasta aquí algunas orientaciones para no ser víctima de su involuntaria estupidez. No se sienta apocado. Cualquiera se pierde. ¿Acaso no ha escuchado a algún asesino decir al fiscal: ¡La verdad fue que me perdí, me perdí!
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