Al hablar de la juventud hay que referirse inevitablemente a la capacidad creativa que nos distingue. «Cuando se es joven se crea», dijo el Apóstol. Hablar de la juventud cubana es hablar de la capacidad para fundar, para creer y hacer realidad lo que parecía imposible. A 60 años de la creación de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), en medio de escenarios muy complejos desde el punto de vista político, social y económico, crear sigue siendo la tarea más importante que tenemos las juventudes cubanas de hoy.
Crear es la mejor respuesta ante lo mal hecho, ante las injusticias, ante las desigualdades, ante la apatía, ante las carencias. Crear es parte indispensable para la transformación y la construcción de una Cuba mejor. Crear ante la guerra cultural hecha contra nuestro país durante más de medio siglo por los centros de poder imperialistas y los medios de comunicación hegemónicos. Reinventarnos, deshacer lo mal hecho y seguir creando es indispensable en la constante disputa de sentidos que atraviesa el mundo.
Existir como un país libre, como alternativa social y política ante el capitalismo; existir a pesar del bloqueo, a pesar de las mentiras y la manipulación mediática; existir a pesar de una pandemia, existir con todos nuestros sueños, sacrificios, dificultades, dolores y esperanzas es la mejor prueba de que hemos sabido crear.
Como joven cristiano encuentro una gran relación entre el hecho de crear y la fe. «La fe sin obras es fe muerta», dice el texto bíblico de Santiago 2:17. La Revolución, las juventudes, el pueblo… hemos creado a partir de la Fe con mayúscula, que no excluye ninguna experiencia, inspiración o tradición; o como dijera Martí en el Ismaelillo: «fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud».
Vista de este modo, la fe entonces es ir más allá de la sola esperanza de que los cambios que necesitamos van a suceder por sí solos. Es creer que las cosas se pueden hacer mejor, ser sujetos críticos, abrazarnos a la verdad y a la justicia, trabajar todos los días para ganarle espacio a la indolencia, al desinterés. La fe revolucionaria en su sentido más amplio, exige compromiso y hechos concretos.
En esta fecha es oportuno traer el pensamiento de Fidel, ejemplo de fe en la juventud y en su capacidad para hacer y comprometerse. Como él dijo: «Creer en los jóvenes es ver en ellos, además de entusiasmo, capacidad; además de energía, responsabilidad; además de juventud, ¡pureza, heroísmo, carácter, voluntad, amor a la Patria, fe en la Patria! ¡Amor a la Revolución, fe en la Revolución, confianza en sí mismos, convicción profunda de que la juventud puede, de que la juventud es capaz, convicción profunda de que sobre los hombros de la juventud se pueden depositar grandes tareas!».
(*) Presidente del Movimiento Estudiantil Cristiano de Cuba