La implementación de la Tarea Ordenamiento trae en ascuas a la población. Las medidas asociadas a su debut —previsto para el ya inminente 1ro. de enero— generan tanto parabienes como incertidumbres. Y es lógica tal reacción, pues la resistencia al cambio suele ser común a los seres humanos cuando se ven en este tipo de contextos.
Se trata de transformaciones que, por su heterogeneidad y hondura, carecen de precedentes en la historia nacional. Es la razón por lo que algunas de nuestras principales autoridades comparecen ante los medios informativos —en cadena nacional, para esclarecer en detalles las normas que darán sustento legal a cada una de las disposiciones.
La sensibilidad que signa desde 1959 a la Revolución afloró en las palabras de Marino Murillo en el programa Mesa Redonda del pasado 11 de diciembre. Su referencia a la decisión del Estado cubano de continuar subsidiando los medicamentos para enfermedades crónicas con tratamientos permanentes fue recibida con particular beneplácito.
«Yo soy diabética desde hace varios años, y me preocupaba que la insulina que debo administrarme cada cierto tiempo subiera de precio y escapara a mis posibilidades —me contó Ana María, recepcionista de una empresa—. Pero mis temores desaparecieron cuando escuché que todo en mi tratamiento médico seguiría igual. Eso solo lo hace un país como Cuba».
Otras disposiciones les garantizan durante la primera etapa atención diferenciada a los precios de los alimentos de los niños, como las compotas destinadas a los infantes entre cero y dos años, así como los productos lácteos, carne y picadillo de res para los de cero a seis. De igual manera aquellos que tengan dietas médicas resultarán también inicialmente protegidos por esos subsidios.
Desde que comenzaron a debatirse los cambios citados, quedó ratificado una vez más un principio humanista consustancial a la práctica de la Revolución Cubana: ¡nadie quedará abandonado! Las medidas adoptadas al socaire de la implementación del ordenamiento monetario y cambiario tienen en cuenta a todos los cubanos. Así será siempre.