1.
Ha muerto Fidel. ¿Qué escribo?
Me dicen que el Jefe ha muerto,
que no es un rumor, que es cierto…
pero yo no lo concibo.
Me dicen que no está vivo,
me informan de su partida;
pero no es verdad la ida
cuando se queda un sostén,
cuando se ha cumplido bien
con la obra de la vida.
2.
Qué soñador no te abraza
si soñar en ti fue innato,
¿Quién no guarda tu retrato
en un lugar de la casa?
¡Cuánto valor y coraza!
¡Cuánta ética vibrante!
¡Cuánta historia desafiante!
¡Cuánta pasión, cuánta lucha!
Y solo un grito se escucha:
Hasta siempre, Comandante.
3.
Prefiero pensar, Fidel,
que sigues tu largo viaje
con el verdeolivo traje
como el mismo día aquel
que con una tropa fiel
desafiando la corriente
impulsaste el Granma al frente…
y al escuchar a Raúl,
sé que en otro mar azul
navegas eternamente.