Todos quisieran ver prosperar más aprisa las inversiones de obras o la recuperación de aquellas dejadas deteriorar, a tal extremo, que ahora necesitan una reparación capital, mucho más costosa. Algunos se acostumbran a lamentos, hasta cierto punto comprensibles, por no contar con todos los recursos financieros y materiales que demanda la economía a nivel nacional, de provincia y municipios.
El presupuesto, ajustado a las posibilidades reales del país, poco más de mil millones este año en Villa Clara, tampoco se ejecuta siempre con el debido rigor, control y exigencia.
Consciente de esta realidad, Lina Pedraza, ministra de Finanzas y Precios, lanzó la alerta, para todos los lares, desde una reciente sesión de la Asamblea Provincial del Poder Popular.
Fue clara y tajante: El plan no da respuesta a la demanda de la población, pero lo que tenemos hay que aprovecharlo bien y evitar los salideros de los recursos. Es decir, agrega, este redactor, evitar el descontrol, padre de los llamados desvíos.
Obviamente, jamás se debe olvidar que las asignaciones del Estado están encaminadas a mejorar o resolver las necesidades de la población, que van desde arreglar una simple calle, reparar una tienda, colocar diez luminarias o hasta invertir millones en equipos, de última tecnología, para el diagnóstico o tratamiento de los enfermos.
Tal verdad la deben tener bien en cuenta los encargados, desde arriba hasta abajo, de administrar y velar por el buen empleo de cada centavo destinado al funcionamiento de la Educación, la Salud Pública, la asistencia social, comunales, y las inversiones…
Porque también ocurre que, muchas veces, se enmascara la ilegalidad con artimañas que, el breve paso del tiempo revela con la caída del repello, losas de piso despegadas o la pintura desvanecida. Y, vaya usted a saber, cuáles otras que necesitan más tiempo para aflorar.
Desde hace años se aplica la buena medida de incluir en los planes de la economía situaciones apremiantes, que plantea la gente en las asambleas de rendición de cuenta, para solucionarlas de acuerdo con la disponibilidad de medios, de una manera sostenida.
Otra decisión inteligente ha sido incrementar las partidas en el presupuesto destinadas a la reparación y mantenimiento a fin de erradicar aquel mal de dejar desbaratar, poco a poco, pero inexorablemente, las instalaciones.
Corresponde a los responsables a pie de obra o en cada entidad velar por el correcto empleo de los recursos y al Poder Popular en la provincia, y en cada municipio exigir y controlar.
Al decir de Lina Pedraza el plan del presupuesto de Villa Clara fue bien pensado, y responde a la estrategia de desarrollo del territorio. Ahora viene lo más difícil, llevarlo a buen puerto mediante una eficiente administración. El tiempo dirá la última palabra.