Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La insoportable liviandad del yo

Autor:

Susana Gómes Bugallo

Primer acto: Yo. Segundo acto: Yo. Tercer acto: Yo. Cuarto acto: Yo. Quinto acto: Yo. Sexto acto: Yo. Séptimo acto: Yo. ¿Cómo se llama la obra? Las siete maravillas del mundo.

No, no se rían. El chiste no es un chiste. Esta exageración no es exagerada. Este invento es verdadero. Va más allá del antiguo trauma de Narciso de permanecer frente al espejo del agua contemplando su propia belleza. No se llama narcisismo. Su nombre es egoísmo.

Sabe disfrazarse poco porque la modestia y la prudencia nunca lo acompañan. No puede pasar inadvertido porque no sabe estar en silencio. Gusta de andar por ahí proclamando lo ¿mejor? que sabe hacer. Se cuela delante de bastones o yesos para entrar primero a las guaguas, termina su trabajo primero que nadie porque atropella a todos los que pasan por su lado y sonríe para ti siempre que signifiques un paso de avance en la consecución de su anhelo.

El egoísta se disfraza de egoísta. No sabe hacer otra cosa. Ni siquiera puede esconder sus intereses. No esboza una estrategia porque solo tiene tiempo de pensar en él, después… en él y luego… en él.

Pero no todo es fiesta en la casa de ese que solo dedica su vida a sí mismo. Porque, aunque se ahorre las dificultades de lidiar con diversos caracteres; aunque concentre todas sus fuerzas tan solo en sus miniproblemas de egoísta; aunque le sobre el tiempo porque no lo «malgasta» con el vecino o la familia; aunque viva a plenitud porque le sobran recursos para mimarse… el egoísta tiene un gran problema.

Quizá no lo advierte porque cree que es parte de su felicidad. Mas puede que lo descubra cuando una madrugada despierte en su cama: el egoísta está solo. Para su gusto. Para su desgracia. Porque el yo no alcanza para vivir esta vida. Se necesita de tú, de él, de ustedes, de nosotros. Pero el egoísta aún no lo sabe. No hay nadie que se lo diga. Porque el egoísta no tiene amigos.

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.

Alfredo Viamonte Marin

Viernes 22 septiembre 2017 | 01:49:19 am.

Lindo e interesante artículo Susana, pena que los "Yo" abundan mucho mas que los tu, el, ellas y nosotros. El egoista no se importa com su soledad, pues es de su naturaleza ser solo. La unica forma de eliminarlo, es cuando "Nosotros" actuamos de verdad siendo "Todos". Solo no concuerdo cuando usted dice que el egoista se disfraza de si mismo. No podemos olvidar ni negar que existen muchos egoistas disfrazados de "Nosotros" y esos mi estimada, son los peores. Saludos

Responder

Modesto Reyes Canto

Viernes 22 septiembre 2017 | 01:49:19 am.

Muy bien detallado el yoista en esta magnifica crónica, amiga Susana. Y desgraciadamente en el mundo actual que nos ha tocado vivir cada vez abundan mas muchas veces con un ego tan insoportable que son capaces de arrodillarse frente a un espejo y rezarle a Dios contemplando su propia imagen. Excelente. Saludos: Modesto Reyes Canto.

Responder

Hendris Manuel

Viernes 22 septiembre 2017 | 01:49:19 am.

Felicidades Susana, por el año nuevo (te deseo lo mejor del mundo) y por tu hermoso escrito. Si hay algo importante en la vida es creer en uno mismo, pero también es vital creer en los que creen en ti,que son los que estarán a tu lado triunfes o fracases. Nada es peor que la soledad. Te felicito

Responder

NelsonLN

Viernes 22 septiembre 2017 | 01:49:28 am.

Es necesario siempre sobreponerse a males como el el egoísmo, la indecisión, la impaciencia y la crítica insana. Se supone que somos seres sociales: nadie triunfa solo, nadie falla solo; por tanto a las personas que practican ese desmesurado "yoísmo", les han faltado personas sanas e instruidas que sean capaces de ayudarlas con inteligencia i dedicación. A continuación pongo a su consideración algunas ideas que he leído: Los niños nacen sin sentido del yo. Cada uno de nosotros debe APRENDER a ser humano. El estudio de(...)casos nos enseña que la personalidad consciente no es instintiva. Se trata, en cambio, de una realización social, que aprendemos de la vida en contacto con los demás. Todo niño normal viene al mundo con la potencialidad necesaria para alcanzar la salud mental. Pero que esa potencialidad florezca o no, estará determinada por el clima psicológico en que le toque vivir. La autoestima, por lo tanto, DEPENDE DE LA CALIDAD DE LAS RELACIONES QUE EXISTAN ENTRE EL NIÑO Y AQUELLOS QUE DESEMPEÑAN PAPELES IMPORTANTES EN SU VIDA. Considero que debemos ser tolerantes, combativos y menos criticones: "...nada nos hará volvernos tan caritativos y considerados hacia las faltas de los demás como un autoexamen, para conocer a fondo las propias..."; "..ser constructivo significa tener expectativas positivas, no simplemente sobre lo que pueda ocurrir, sino sobre lo que uno puede hacer".

Responder