Aunque se dice que tienen como modelo a los manifestantes de la Plaza Tahrir de El Cairo y a los indignados de la Puerta del Sol madrileña, estos de ahora no tenían que irse hasta tan lejos para encontrar el antecedente. ¿O es que acaso los medios estadounidenses fueron tan, pero tan mezquinos que los indignados de Nueva York no conocieron aquellas manifestaciones de los miles y miles de empleados públicos de Wisconsin que hace unos pocos meses se tomaron el ayuntamiento de Madison y levantaron una ola de protestas que tocó varios estados? ¿O es que ahora esos medios quieren presentar como foráneos los sentimientos de quienes, con montones de razones arremeten contra Wall Street, tal y como lo hacen los indignados de España, de Londres, de Francia, de Grecia… y sigue la cuenta?
El 17 de septiembre fue la primera noche de «ocupación» en Nueva York, en las inmediaciones de la Bolsa, en el barrio donde el más intenso egoísmo humano, la corrupción, la codicia, la voracidad sin medida por las riquezas del mundo, la explotación más inicua, tiene su nido de serpientes.
Trinity Place, a unos 300 metros de Wall Street, es la plaza hasta donde llegaron los estadounidenses que acudieron al llamado del sitio web «Occupy Wall Street» bajo una premisa bien sencilla —y también compleja—: «La única cosa que tenemos en común es que somos el 99 por ciento de la gente que ya no tolerará la codicia y corrupción del uno por ciento». Como bien afirmaba otro sitio web, CommonDreams.org, están buscando una esperanza para America —bueno, ya saben que America, así, sin acento, es para ellos Estados Unidos…
El lunes, día de trabajo, se extendieron por las aceras, confundiéndose desde entonces con los empleados de cuello blanco que especulan a cargo de la minúscula y poderosa élite de los billonarios que llenan sus bolsillos a costa de la inmensa mayoría de los terrícolas. Mientras, la policía no les permitía cruzar las barreras protectoras del gran capital; si lo hacían, las esposas les cortarían la libertad de expresión y de pensamiento que supuestamente les garantiza su Constitución, los derechos democráticos por los cuales algunos mueren y muchos matan hollando con sus botas militares, o mejor con sus aviones drones, la paz y los derechos de otros pueblos…
Por supuesto, la crisis económica que aprieta a la población estadounidense, que reduce el número de su clase media y aumenta el número de quienes pierden trabajo y techo, fue el motor causante de la protesta, al igual que ocurre allende el Atlántico en la Europa tambaleante. Por eso los letreros primeros decían «Basta de corrupción», «Detengan los recortes», «Codicia de Wall Street, los neoyorquinos decimos basta», «Es tiempo de democracia no de corporatocracia», «La glotonería de las corporaciones está quebrando a America».
Pero el miércoles, cuando Barack Obama les daba la espalda a los indignados con Wall Street y cercenaba las ansías del pueblo palestino a tener su Estado y el derecho pleno a estar representados en la comunidad internacional, cuando otro asiento era usurpado al masacrado pueblo libio, en las cercanías del emporio de la riqueza las bestias genízaras que hablan inglés arremetían contra norteamericanos: los filmaban, los grababan, los golpeaban, los arrastraban, ¿los desaparecían?
Un obstáculo más interpuesto por la corporatocracia: hay denuncias de que twitter and facebook obstaculizan mensajes sobre esta ocupación de Wall Street y censuran la página web «Occupy Wall Street», y que los poderosos medios incomunicacionales se negaron a darle la cobertura informativa que sí despliegan para las manifestaciones —por mínimas que sean— de los ultraderechistas del Tea Party.
Pero segundo a segundo había tweets de apoyo y llegaban desde otras ciudades de Estados Unidos, mientras otros ponían en duda que se vean las calles llenas de indignados como en Europa. Una sueña y se dice: ¿Qué tal si un ejército de los pobres del mundo invaden Nueva York en apoyo a los indignados con Wall Street? ¿No tendrían exactamente el mismo derecho que las fuerzas de la OTAN que han intervenido en Libia y siguen su paso de conquistadores imperiales…?