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Las mayorías siguen con nosotros

Las presiones y manipulaciones de EE. UU. no pudieron evitar la condena de la gran mayoría de naciones que volvieron a demandar el levantamiento del bloqueo, no como muestra de solidaridad con la Isla, sino porque burla sus propios derechos, los principios de la Carta de la ONU y del Derecho Internacional, y es otra muestra de una unipolaridad condenada a desaparecer.  Fueron 165 países a favor, 12 abstenciones y siete en contra 

Autor:

Marina Menéndez Quintero

La causa cubana —que es la del verdadero mundo libre y plural, y no el que preconiza Occidente— volvió a triunfar en la ONU pese a las coerciones y chantajes de una administración estadounidense incapaz de sustentar su política contra la Isla, y cuestionada por el daño humano que provoca a nuestro pueblo, la manera en que burla los principios de la Carta de la ONU y el Derecho Internacional, y la erosión que causa en la credibilidad del sistema de Naciones Unidas y en las normas de la convivencia y el comercio internacionales, entre otros motivos.

Aunque las denunciadas presiones de Washington lograron torcer algunos brazos, y otras posiciones se ampararon en las nuevas manipulaciones para acusar falsamente a Cuba, la aprobación por 33ra. ocasión de la Resolución que exige el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero que nos atenaza otorgó otra victoria a la verdad y a la resistencia de nuestro pueblo, acompañada y enaltecida por 165 votos a favor. Siete votaron en contra y hubo 12 abstenciones.

El pronunciamiento con Cuba sigue representando a la abrumadora mayoría de la comunidad internacional y burló el «brutal e inédito» despliegue de presiones e intimidaciones ejercido por Washington a escala planetaria durante las últimas semanas para forzar a naciones soberanas a cambiar su voto, como denunció el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, al presentar el proyecto de resolución.

Han empleado todas sus armas y artimañas, en especial, la coerción, abundó Rodríguez Parrilla, quien también adelantó lo que sobrevendría en la votación al afirmar que «la verdad, la razón y la justicia son siempre más poderosas y contundentes».

En efecto, pudieron más el valor y la convicción de un planeta que cada vez más se resiste a la hegemonía imperial, a las medidas coercitivas unilaterales que intentan mantenerla, así como a la injusticia reflejada en una política ilegal y genocida contra Cuba, cuya persistencia también pone en solfa la capacidad del sistema de Naciones Unidas para detenerla pese a su reiterada condena en la Asamblea General.

Así pudo aquilatarse en unas 50 intervenciones, algunas de ellas representativas de las posiciones de decenas y decenas de naciones como el Grupo de los 77 y China y el Movimiento de los No Alineados, y de representantes nacionales que reflejaron la madurez y profundidad de esa gran parte del orbe que se resiste a ser domeñada por Estados Unidos, y exige el fin de la injusticia, al tiempo que aboga por el diálogo y la paz.

En ese contexto, la contundente intervención de nuestro Ministro del Exterior también mostró nuevamente la orfandad de Estados Unidos de los argumentos que no tiene, y volvió a poner sobre el tablero el objetivo estratégico de la política estadounidense hacia nuestro país, que no tiene nada que ver con las mentiras que el Imperio alega.

El propósito estratégico del bloqueo es provocar un estallido social que derive en el derrocamiento del orden constitucional que nos hemos dado, insistió el Ministro cubano, quien calificó al actual Secretario del Departamento de Estado estadounidense como la reencarnación corrupta y fraudulenta de Lester Mallory, en calidad de permanente vocero.

Del otro lado del foro, un representante yanqui alterno al Sr. Waltz —quien usara de la palabra con
anterioridad—, intervino en el foro este miércoles para reiterar las falacias irrespetuosas de su colega en un discurso descrito por nuestro Ministro como «infame, amenazador, arrogante, mentiroso y cínico (…)».

Tampoco el nuevo vocero yanqui fue capaz de justificar este miércoles —¡no podía hacerlo!— un asedio que, al hostigar a Cuba y querer obligar al resto del mundo a hacerlo, también vulnera la soberanía de terceros que ya no aceptan su sojuzgamiento.

Nuevamente la mentira fue la salida para el diplomático estadounidense que debió dar la cara al foro, quien trató de dictar condiciones a la Isla que echan por tierra el llamado de levantamiento incondicional del bloqueo y, por otro, hacen gala de una ignorancia total de los pasos recientes dados por nuestro país en el ámbito económico para actualizar nuestro modelo.

Entre otras «condiciones» de inaceptable aceptación, el representante estadounidense habló de rechazo de Cuba a reformas económicas, y del mentiroso «apoyo» de la Isla al conflicto entre Rusia y Ucrania, supuestamente, en contra de los intereses estadounidenses, un embuste reiteradamente desmentido por nuestro país que se suma a las falacias para condenarnos sin razón, como cuando se pretende vincular a la Isla con la promoción del terrorismo.

No obstante, su endeblez, la falsa acusación de estar vinculados con aquel conflicto fue la hoja de parra que usaron algunas naciones para explicar su abstención o su posición en contra a la hora de votar la Resolución cubana, lo que demuestra que el asedio a Cuba y otros países del Sur se basa en manipulaciones proferidas por la narrativa estadounidense para agredir y soslayar las causas justas.

Esa fue la postura explicada por Rumanía y por Polonia, quien habló en nombre también de República Checa, Estonia, Letonia y Lituania.

Al hacer uso del derecho a la réplica luego de la intervención estadounidense, la delegación cubana aseveró tajantemente que no forma parte del conflicto armado en Ucrania ni en ningún otro país, y que conoce a ciudadanos cubanos que han participado por su cuenta, pero ninguno con el consentimiento o compromiso alguno del Gobierno cubano.

Allí también se reiteró por  nuestra parte que la Mayor de las Antillas no patrocina el terrorismo, otro embuste echado a rodar por las listas espurias de Washington para recrudecer el bloqueo y fuertemente criticado por el plenario, así como Washington tergiversa de forma deliberada la cuestión de los derechos humanos.

Cuba también denunció que se le acuse injustamente de estar implicada en la trata de personas, lo que describió como un intento de seguir hostigando la cooperación cubana.

Por el contrario, decenas de intervenciones, muchas de ellas de África y el Caribe, reconocieron durante dos días de debate la labor médica de nuestro país, salvadora de miles de vidas.

El Gobierno de Estados Unidos no tiene escrúpulos ni compromiso con la verdad en el fin de lograr sus objetivos geoestratégicos, apuntó el representante de Cuba en la continuación de sus palabras, y aseguró que a Washington no le preocupa la suerte de nuestro pueblo ni sus derechos humanos, que el bloqueo socava.

No hay violación más flagrante y sistemática a los derechos humanos que el bloqueo, sentenció.

Otras verdades 

Durante la sesión de este miércoles otras intervenciones de explicación del voto dieron cuenta de las incongruencias y violaciones que la política del bloqueo recoge.

Así lo hizo el representante de México, quien ratificó la tradicional posición de su país contra ese asedio ilegal, y señaló que esa política es incompatible, incluso, con las leyes nacionales de su nación, además de violar los postulados de la ONU y del Derecho Internacional.

También el representante nicaragüense señaló nuevos filones legales que demuestran la ilegitimidad de la política de Estados Unidos contra Cuba, al recordar que, según el sistema de la ONU y sus normas, solo el Consejo de Seguridad puede implementar medidas coercitivas y sanciones como las que constituyen el bloqueo, y que Washington impone de manera unilateral y con desconocimiento de la voluntad de la mayoría del mundo.

Por su parte, Vietnam apuntó que votar con la resolución cubana no era un mero acto de solidaridad, sino de apego al respeto a la Carta de la ONU y el Derecho Internacional, cuyos preceptos el bloqueo viola.

Durante la jornada final de este miércoles también usaron de la palabra los representantes de Namibia y Sri Lanka, entre otros que sumaron sus posiciones a las expresadas en la jornada del día anterior, cuando se destacaron otros elementos como el negativo impacto del bloqueo para el cumplimiento por Cuba de la Agenda 20-30 de la ONU y para su desarrollo; la elevación de sus daños a la economía en el último año y en comparación con el anterior, y la denuncia formulada por Rusia de que la injerencia en los asuntos internos de terceros países —como lo hace el bloqueo— es una política neocolonial.

Muchos, como China, también manifestaron que mantendrán su cooperación con la Isla.

Las mentiras de Estados Unidos no pueden cambiar la percepción y la voluntad de un mundo cada vez menos unipolar y defensor de la multipolaridad que se gesta.

No, Cuba no está sola.

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