WASHINGTON, enero 6.— A diferencia de lo que sucedió hace cuatro años, cuando una turba de sus seguidores asaltó violentamente el Capitolio, luego que Donald Trump les hablará frente a la Casa Blanca afirmando que le habían robado las elección, en un intento entonces de impedir que el Congreso certificara la victoria del demócrata Joseph Biden, este 6 de enero de 2025, el cuerpo legislativo selló el retorno a la Presidencia del magnate, sin que ningún legislador lo objetara.
The Hill señala que Trump, «en la campaña electoral, se refirió repetidamente a ese día como un "día de amor", y se ha referido a los arrestados por sus acciones ese día como "rehenes" y prometió indultarlos inmediatamente después de asumir el cargo este mes», lo que ocurrirá el lunes 20, y —agrega la publicación—, asestará un golpe a sus críticos «que esperaban que los votantes vieran su inacción durante el motín y su retórica en los años posteriores como descalificadores».
La secretaria de prensa entrante de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en un comunicado repitiendo lo que han dicho en los cuatro años transcurridos, acusó a los medios de comunicación de negarse a «informar la verdad sobre lo que sucedió ese día» y condenó al panel de la Cámara que investigó el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021 como «una de las mayores estafas políticas de la historia». «El pueblo estadounidense no cayó en el alarmismo de la izquierda sobre el 6 de enero», dijo Leavitt en un comunicado.
The Hill apunta que Trump y sus aliados han criticado las investigaciones sobre el 6 de enero y sus esfuerzos por permanecer en el poder, incluida una acusación federal en Washington, D.C., que fue retirada después de las elecciones de noviembre. En la campaña electoral buscó repetidamente reescribir la historia de la violencia del día; se jactó del tamaño de la multitud del 6 de enero, y dijo que los manifestantes ese día tenían «amor en su corazón».
En varios actos de campaña de Trump, se escuchó por los altavoces una interpretación del himno nacional cantado por los presos por sus acciones de ese día. Y el indulto de los acusados en relación con el 6 de enero fue una importante promesa de campaña.
Biden, por su parte, pronunció un discurso en el Capitolio en el primer aniversario del ataque del 6 de enero y habló repetidamente de cómo sentía que Trump representaba una amenaza para la democracia, convirtiéndolo en un argumento central de su campaña de reelección antes de hacerse a un lado a finales de julio.
También ha hecho de los acontecimientos de ese día parte de sus últimos días en el cargo, otorgando la Medalla Presidencial de Ciudadanos al representante Bennie Thompson (demócrata por Mississippi), presidente del panel de la Cámara de Representantes sobre el 6 de enero, y a la exrepresentante Liz Cheney (republicana por Wyoming), que también formó parte del comité, señaló The Hill.
Como vicepresidenta saliente de EE. UU., Kamala Harris, estuvo este lunes en la incómoda posición de tener que certificar la victoria electoral de un candidato que la venció en noviembre pasado, por 312 votos electorales frente a los 226 de Harris.
Los republicanos dieron una ovación de pie en la cámara cuando Harris anunció —seria e inexpresiva, según The Hill— que la victoria de Trump ahora estaba certificada. La vicepresidenta tampoco aplaudió.
En un video publicado antes de la certificación, Harris elogió la «transferencia pacífica del poder» como un pilar de la democracia estadounidense, y calificó su deber como una «obligación sagrada». «Como hemos visto, nuestra democracia puede ser frágil», dijo Harris. «Y depende de cada uno de nosotros defender nuestros principios más preciados».
El vicepresidente electo JD Vance también estuvo sentado en la cámara durante el recuento.