El Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez participó este miércoles en la 10ma. Cumbre Extraordinaria del ALBA-TCP Autor: Estudios Revolución Publicado: 11/07/2024 | 12:23 am
«Es urgente y necesario rechazar los métodos golpistas, que pujan por emerger constantemente y denunciar el empleo de herramientas modernas de manipulación que buscan detener, frustrar, abortar, los procesos políticos progresistas en Nuestra América», subrayó este miércoles el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al intervenir en la 10ma. Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP).
La cita —que reunió de manera virtual a representantes de las diez naciones que componen ese bloque integracionista fundado por Fidel y Chávez— fue convocada para denunciar el intento de golpe de Estado en Bolivia, ocurrido el pasado 26 de junio, y reafirmar el apoyo al Gobierno del presidente Luis Arce Catacora.
No podemos permitir, expresó el Jefe de Estado cubano, «que retornen las infames actitudes y acciones golpistas que tan dolorosa memoria sembraron en Nuestra América y que buscan revertir la voluntad popular». Es inadmisible, dijo, que se pretenda atropellar, con la fuerza de las armas, el orden constitucional legítimamente establecido.
Díaz-Canel, quien estuvo acompañado en la Cumbre por el miembro del Buró Político y canciller Bruno Rodríguez Parrilla, se refirió a la vigencia y necesidad de defender con fuerza y determinación la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, que hace diez años se aprobó en la Segunda Cumbre de la Celac, en La Habana.
El mandatario llamó a multiplicar la solidaridad frente a la polarización política y la división de nuestras sociedades «que promueven los adversarios de la unidad y la integración latinoamericana y caribeña».
Alertó que, de la ultraderecha lograr sus objetivos, vendrán la represión, la persecución de los líderes sociales, el neoliberalismo atroz, la entrega de los recursos naturales a las transnacionales; «vendrán nuevas décadas perdidas y se acentuará el retroceso de todos los avances en la integración que nos debemos y que es posible si seguimos apostando a la unidad con respeto a la diversidad», recalcó el Presidente.
Nos toca, apuntó, «promover la solidaridad y la cooperación en la región, cumpliendo estrictamente con el principio de no intervención, directa o indirectamente en los asuntos internos de cualquier otro Estado, pero apoyando, sin titubeos, a los Gobiernos progresistas, cuando resultan agredidos por las oligarquías tradicionales en coordinación con referentes externos e internos».
El ALBA-TCP, aseveró Díaz-Canel, está y seguirá estando en la primera trinchera de esa batalla contra los demonios de la injerencia, el intervencionismo, el neocolonialismo, el espíritu monroísta que, 200 años después de su formulación, sigue marcando la mirada y las acciones del imperio hacia Nuestra América.