DAMASCO, agosto 24.— El ejército de Estados Unidos lanzó un bombardeo aéreo este martes en zonas del este de Siria con el pretexto de atacar grupos relacionados con un cuerpo élite de Irán, lo cual fue desmentido por Teherán temprano en la mañana de este miércoles, informó DW.
De acuerdo con el vocero de la Cancillería iraní, Naser Kanani, se trata de una «nueva agresión del ejército estadounidense contra el pueblo sirio», y de «un acto terrorista contra los grupos y combatientes que luchan contra la ocupación y que no tienen ninguna filiación con Irán».
En ese sentido, Kanani dijo que «la presencia continua de tropas estadounidenses en algunas partes de Siria va en contra del Derecho Internacional y viola la soberanía de ese país, y está considerada como una ocupación».
Las fuerzas de ocupación estadounidenses en Siria dijeron el miércoles temprano que llevaron a cabo ataques aéreos en el este de Siria en áreas utilizadas por grupos que, según Washington, estarían vinculados con el Cuerpo de Guardias de la Revolución Islámica.
«Bajo la dirección del presidente Biden, las fuerzas militares estadounidenses realizaron (el martes) ataques aéreos de precisión en Deir al Zur, Siria», precisa la nota que firma el coronel Joe Buccino, quien destacó que no se produjeron víctimas.
Estados Unidos y los grupos armados llamados Fuerzas Democráticas Sirias (SDF, antigubernamentales) ocupan áreas en las cercanías de campos ricos en petróleo, y han sido señalados de contrabandear esos recursos energéticos a Irak y luego desviarlos fuera de la región.
Los militares estadounidenses querían alcanzar 11 de los 13 búnkeres del complejo, pero cancelaron el bombardeo contra dos de ellos cuando detectaron que había gente en su interior, agregó, supuestamente, para «minimizar el riesgo de bajas».
Washington lleva años apoyando a las milicias de las SDF contra Damasco, que ocupan actualmente partes de las provincias de Al-Haskah, Deir Ezzor y Raqqa, donde se encuentran los yacimientos de petróleo y gas más grandes de Siria.
Tanto Damasco como Teherán, así como otras potencias regionales califican las acciones llevadas a cabo por EE. UU. y sus grupos afines como piratería de Estado, con el objetivo de saquear los recursos petroleros de Siria y privar a sus nacionales de sus propios recursos, en medio de una dura situación económica.
Según información todavía por confirmar, habrían fallecido seis efectivos de distintas nacionalidades a causa del ataque, contradiciendo la versión estadounidense, según la cual en una evaluación inicial del ataque, no hubo bajas.