El ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, denunció este miércoles la manipulación por el Gobierno de Estados Unidos de la migración ilegal desde Cuba hacia ese país y lo acusó de incumplir sus obligaciones legales.
En un hilo en su cuenta oficial en la red social Twitter, @BrunoRguezP, el jefe de la diplomacia cubana reiteró que «el Gobierno de EE. UU. incumple su obligación legal de otorgar no menos de 20 000 visas anuales, según acuerdos bilaterales (de 1994), impone la carga del brutal bloqueo económico y presiona a gobiernos de la región para que exijan visa de tránsito a migrantes y viajeros cubanos».
En el afán de utilizar a la población cubana como rehén de su ambición hegemónica, Estados Unidos viola los derechos humanos de los cubanos y persiste en una política desestabilizadora contra Cuba que transgrede el Derecho Internacional, afirma.
El Canciller denunció que Estados Unidos lleva semanas ejerciendo presiones sobre gobiernos de la región para que tomen medidas contra el viajero cubano, en empeño cínico de cerrarle las puertas a la emigración que ha estimulado durante décadas.
Recordó, además, que el Gobierno cubano ha advertido claramente al
Gobierno norteamericano de su responsabilidad en la estimulación a la emigración irregular cubana, ante la negativa de EE. UU., desde 2017, de facilitar la emigración regular, segura y ordenada.
En las últimas semanas Cuba ha reiterado en varias ocasiones la persistencia de la política hostil de Estados Unidos, en particular en el tema migratorio, reforzado por la aplicación de medidas anticubanas por el Gobierno de Donald Trump, las cuales no han sido derogadas por la administración de Joe Biden.
Ernesto Soberón, director de la Dirección General de Asuntos Consulares y Cubanos Residentes en el Exterior (Daccre), emitió una declaración el pasado 24 de marzo en la cual señaló que en las últimas semanas, un grupo de ciudadanos cubanos afrontaba dificultades «al intentar viajar a países de nuestra región inmediata con la nueva exigencia de obtener visas para visitar o hacer tránsito en algunos de ellos», una situación que calificó de «compleja» y que «el Gobierno cubano está atendiendo con sumo rigor».
Detalló las causas de ese contexto, en primer lugar el incumplimiento de la obligación suscrita en 1994, porque tiene cerrado el procesamiento de los trámites migratorios en su Embajada en Cuba desde octubre de 2017. «Los pocos miles que las autoridades de Estados Unidos han admitido cada año desde entonces, se ven obligados a viajar a Guyana para realizar tales trámites, sin garantías de otorgamiento y con el consecuente gasto y carga que ello significa para cada migrante potencial», apuntaba la declaración del funcionario del Minrex.
Agregó el Jefe de la Daccre que «el Gobierno de Estados Unidos ha mantenido en pleno vigor y reforzado considerablemente en estos años el bloqueo económico dirigido a quebrar nuestra economía, deprimir el nivel de vida de los cubanos, provocar carencias y dañar el nivel de consumo y los servicios de los que depende la población. Es una política que se endureció durante los momentos más críticos del enfrentamiento a la COVID-19; coincidiendo, además, con el negativo impacto de la pandemia en la economía mundial».
Otro factor de estímulo desde la década de los 60 ha tenido como soporte legal a la Ley de Ajuste Cubano, «un privilegio exclusivo para los cubanos» al ofrecer a quienes llegan a ese país —sin importar la vía y la forma que utilice—, la posibilidad casi automática, al año de haber arribado, de ajustar su estatus migratorio y convertirse en
residente permanente, y asumen que es un «perseguido político», cuando —dijo— las estadísticas demuestran con claridad que cada año crece sostenidamente el número de viajeros cubanos que visitan a Cuba procedentes de territorio estadounidense.
Denunció que esas realidades explican, en gran medida, el alto flujo migratorio legal e irregular de cubanos por países de la región, particularmente México, Centroamérica y el Caribe, lo que implica una carga para esas naciones y sus gobiernos, y para su relación con Estados Unidos, y Washington presiona para lograr que los países de tránsito tomen medidas contra el emigrante cubano, que exijan visas cuando no lo hacían en el pasado, incluyendo visas de tránsito, que incluso se pretende exigir para cubanos con residencia permanente en otros países.
Se obliga a los cubanos a incurrir en gastos adicionales y, en el peor de los casos, perder sumas considerables de dinero ya comprometidas. Es también abusivo llevarlo a incurrir en gastos de pasaje y trámites sin garantías de viaje, sobre todo cuando se trata de un requisito discriminatorio hacia los cubanos, expresó Ernesto Soberón.