BAGDAD, mayo 26.— La resistencia en Irak declaró terminada una tregua contra las tropas de Estados Unidos acantonadas en el país, por lo que tildó de «falta de seriedad» del Pentágono al no establecer todavía un programa de salida de sus uniformados.
En un comunicado, las Unidades de Movilización Popular (al Hashd al-Shaabi, en árabe), advirtieron también que reanudarán sus operaciones contra los intereses estadounidenses, suspendidas en octubre pasado.
Los irregulares decidieron dar un tiempo para que se cumpliera el decreto parlamentario adoptado el cinco de enero de ese año, el cual demandaba la retirada total de los uniformados extranjeros, en especial los de EE. UU., decisión adoptada por el legislativo luego del asesinato del general iraní Qassem Soleimani, a manos de la aviación estadounidense.
La demanda ha cobrado fuerza en las últimas semanas, cuando el Pentágono ha iniciado ya el retiro de sus tropas de Afganistán, ocupada, igual que Irak, tras la mampara de la guerra contra el terrorismo desatada por el expresidente George W. Bush después de los ataques a las Torres Gemelas en 2001.
A inicios de este mes, también las denominadas Unidades de Movilización Popular exigieron la retirada plena e inmediata de las tropas y señalaron al Pentágono por falta de compromiso.
El 7 de abril, Estados Unidos e Irak habían acordado la retirada pero, con posterioridad, el jefe del Comando Central norteamericano, el general Kenneth F. McKenzie, afirmó que, en realidad, Bagdad prefería mantener presencia militar estadounidense en el país. La Cancillería iraquí habría dicho que la función de los ocupantes sería como «asesores».
En 2003, Washington invadió y ocupó Irak con el pretexto de que el Gobierno del asesinado presidente Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva que nunca hallaron. De 2007 a 2011 retiró sus tropas, pero volvieron en 2014 por un convenio de seguridad firmado con Bagdad para enfrentar al grupo terrorista Estado Islámico, apuntó PL.
Sin embargo, el Gobierno iraquí proclamó en diciembre de 2017 una victoria estratégica sobre los extremistas, aunque estos últimos aún se mantienen operativos con células dormidas, puntualizó el despacho.