Calentamiento global Autor: Cumbre Pueblos Publicado: 30/11/2019 | 02:58 pm
A cuatro años de la Cumbre de París todavía hay un enorme brecha entre lo que se debe hacer y lo que realmente se está haciendo para prevenir los peores efectos del cambio climático, a solo dos días de la celebración en España de la conferencia anual sobre el clima, conocida como COP25.
Actualmente no se está haciendo lo suficiente para cumplir los tres objetivos climáticos: reducir las emisiones en un 45 por ciento para 2030; lograr la neutralidad climática para 2050 (lo que significa una huella de carbono neta cero) y estabilizar el aumento de la temperatura global a 1.5 ° C para fines de siglo.
Por el momento, las emisiones de gases de efecto invernadero, unas de las principales causas del calentamiento global, no muestran signos de comenzar a disminuir. De hecho, después de mantenerse estables de 2014 a 2016, las emisiones globales volvieron a aumentar en 2017.
Para mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados centígrados, las emisiones globales de gases de efecto invernadero deben comenzar a reducirse rápidamente antes de 2020, indica un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
El objetivo central del Acuerdo de París, alcanzado en 2015, es fortalecer la respuesta global a la amenaza del cambio climático manteniendo un aumento de la temperatura global en este siglo muy por debajo de los 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales.
Además, el convenio, al cual se han sumado 190 países, es continuar los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura aún más a 1.5 grados centígrados.
A menos que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero caigan un 7.6 por ciento cada año entre 2020 y 2030, el mundo no alcanzará el objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5 por encima de los niveles preindustriales establecido en el Acuerdo de París, alertó el PNUMA.
El informe sostiene que en 2020 todas las naciones deben aumentar sustancialmente la ambición en sus Contribuciones determinadas (NDC), como se conocen los compromisos de París, con políticas y estrategias para implementarlas.
Aunque todos los países deben trabajar para reducir sus emisiones, el mayor impacto proviene de los cuatro principales emisores: China, Estados Unidos (que anunció su retiro), la Unión Europea e India, que en conjunto producen más de 56 por ciento de todos los gases de efecto invernadero que se generaron en la última década.
China, el mayor emisor, es responsable de 27 por ciento de todas las emisiones, aunque hay evidencias de que podría comenzar pronto la reducción.
Estados Unidos y la Unión Europea son responsables de más de un quinto de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, mientras las emisiones de India representan 7.1 por ciento del total.
Las emisiones de gases de efecto invernadero de Rusia representan 4.6 por ciento del total global y han crecido a un ritmo de uno por ciento anual desde 2014.
Las naciones del G20 representan colectivamente el 78 por ciento de todas las emisiones, pero solo cinco miembros del mismo se han comprometido con un objetivo a largo plazo de cero emisiones.
Incluso si los países cumplen con todos sus compromisos climáticos «no condicionados», es probable que la temperatura promedio del planeta aumente a aproximadamente 3.2 grados para fines de este siglo, mucho más allá de la meta del Acuerdo de París.
El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) advirtió que ir más allá de 1.5 grados centígrados aumentará la frecuencia e intensidad de los impactos climáticos, como las olas de calor y las tormentas presenciadas en todo el mundo en los últimos años.
«El principal impacto hasta ahora y para fines de este siglo proviene de los cambios en los patrones de lluvia; y hemos comenzado a ver que algunas de las regiones se vuelven más secas, especialmente África y algunas partes de Asia y algunas partes de América, y eso tiene un impacto aún mayor que los cambios de temperatura», explicó Petteri Talas.
Los países deberán aumentar la ambición de sus compromisos climáticos si se quiere evitar efectos catastróficos del cambio climático. También deberán implementar políticas nacionales inteligentes que puedan traducir esos compromisos en un progreso real en el terreno.
Para los ambientalistas, las expectativas están divididas entre dos grupos: los que le apuestan a alcanzar las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), tales como Brasil, Japón y China, y los que no lo logran, como: Estados Unidos, Argentina, Canadá, Arabia Saudita y Corea del Sur.
La creación de políticas fiscales más rígidas, como estrategia para impulsar el cambio y la asociación de «hábitos verdes» entre inversores, entidades educativas y empresas, es una de las recomendaciones de la organización.
Como una alternativa sostenible, los expertos incentivan la energía solar fotovoltaica y la destacan como todo un ejemplo de tecnología a favor de la reducción de costos con base a la teoría de aprender a través de los actos, de los hechos.
Otra consiste en la elaboración de leyes, la instauración de incentivos financieros o políticas fiscales que sirvan para promover actividades que reduzcan las emisiones contaminantes.
Por ejemplo, los países pueden decidir aplicar un precio a las emisiones de dióxido de carbono, mediante impuestos o a través de la creación de un sistema de compraventa de carbono.
El objetivo de esta iniciativa es concienciar a la población sobre el costo de la contaminación por dióxido de carbono para que gaste o invierta sus recursos en sectores o combustibles menos costosos.
Además, estas medidas pueden ayudar a controlar el crecimiento de los efectos del cambio climático en las áreas más vulnerables, como las zonas costeras amenazadas por el aumento del nivel del mar.
Este lunes 2 de diciembre comienza en Madrid la vigésimoquinta Conferencia de las Partes en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
La COP25 (que originalmente iba a ser celebrada en Santiago, Chile, pero se trasladó a Madrid por la situación en ese país) es la Conferencia de las Partes en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, CMNUCC, que tiene la tarea de asegurarse de que la Convención y el Acuerdo de París de 2015 se estén implementando, en línea con los compromisos asumidos por los países.