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La equivocación más grande de Brasil

Aquellos pueblos alejados de la «civilización», de los mercados, de las comodidades… eran atendidos por más de 8 000 galenos cubanos, esos que ya no están en la periferia ni en los sectores populares. En el ámbito de la salud se perciben ahora muy claras desigualdades

 

Autor:

Yuniel Labacena Romero

SAO PAULO, Brasil.— Una gran metrópoli es esta ciudad que ya está vestida de Navidad para un año que se acerca a su final. Un año en el cual los problemas en la salud pública brasileña están muy lejos de ser solucionados. En realidad, de forma inexplicable, parece que quienes debieron estar más ocupados en resolver la situación, no lo están. En primer lugar, el electo presidente Jair Bolsonaro, responsable de la salida de los más de 8 000 médicos cubanos. Y el actual Gobierno que presentó una convocatoria apresurada para cubrir las vacantes, y que está poco comprometido con lograr la ocupación efectiva de las plazas que quedaron vacías con la salida de los médicos cubanos.

Fue en las grandes y pobladas ciudades como esta donde los profesionales brasileños y extranjeros ocuparon las primeras plazas del programa Más Médicos en 2013.

«El caos se avecina más en el interior. Sin la asistencia médica básica se agudizarán enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes, salud mental… Luego, son esas mismas personas las que van a sobrecargar los servicios de urgencia y emergencia en las unidades hospitalarias de las regiones metropolitanas. Entonces todos seremos fuertemente perjudicados», alertó Juliana Cardoso, concejal de Sao Paulo por el Partido de los Trabajadores (PT).

Al parecer eso no lo comprende la Secretaría Municipal de Salud quien —en un comunicado a reporteros antillanos que solicitaban información— explicó que la red de atención de la capital «asegurá la continuidad de la atención médica en todos los equipos, incluyendo aquellos que trabajaban con los cubanos».

Sin embargo, como sabemos, no sucederá, pues aquellos pueblos alejados de la «civilización», de los mercados, de las comodidades… eran atendidos por más de 8 000 galenos antillanos, esos que ya no están en la periferia ni en las aldeas indígenas ni en la Amazonia ni en regiones del norte… en los sectores populares. Ello es evidencia de que Brasil es uno de los países más desiguales del mundo, y en el ámbito de la salud se perciben ahora muy claras esas diferencias.

Ante la situación creada, Cardoso comenta que la semana última se solicitó una audiencia pública para tratar el tema de la renovación de los contratos y nuevos encargos. «Hay mucha dificultad para encontrar galenos que atiendan en las regiones más lejanas de la ciudad. Más Médicos trajo una mirada especial, principalmente de los cubanos, en las aldeas indígenas y en los lugares donde solo se llega en bote o barco y se demoran días para lograrlo», expresó.

Sao Paulo posee uno de los mayores índices de evasión de médicos brasileños en el Programa. En la capital paulista, el 40 por ciento de los profesionales no cumplieron ni 12 meses de contrato entre 2013 y 2017. El Estado perdió, con la salida de los cubanos, más de 1 400 profesionales que eran responsables de la atención de miles de paulistanos, en general, en la periferia de la ciudad.

Pudiera ser fácil traer médicos para Sao Paulo, pero nadie quiere trabajar en las zonas más complicadas, dice Fernando Haddad, el académico y político del PT que se enfrentó en las elecciones a Jair Bolsonaro. «Nosotros nunca tuvimos problemas con los cubanos porque ellos van a cualquier lugar que usted determine y saben que con su presencia en esos sitios cambiará la vida de la población más pobre. Ellos están preparados desde lo más íntimo y profesionalmente para atender a la población».

El actual Gobierno brasileño —desde que se diera a conocer la declaración del Ministerio de Salud Pública de Cuba— hizo un llamado para cubrir las plazas vacantes, pero el historial del Programa indica que no todos los médicos que concurren se presentan para trabajar o permanecen en los territorios para los cuales se apuntaron.

Ahora mismo, de los aprobados, el 45 por ciento aún no se ha presentado en los municipios donde eligieron laborar, y este viernes concluye el plazo para eso. Otro dato curioso es que quedan 106 puestos disponibles en 29 ciudades, lugares de trabajo para los cuales ningún médico manifestó interés en el registro online, cuyas inscripciones finalizaron el 7 de diciembre. Y también ya tuvieron que abrir una segunda convocatoria para médicos formados en el exterior, brasileños o no, incluso sin la reválida.

Son muchas las demandas de quienes dicen irse a trabajar, por ejemplo, al Amazonas. «Yo voy, pero el municipio tiene que darme casa, alimentación, internet, televisión por cable y más de 10 000 reales (moneda brasileña) aparte de mi salario», exigió un médico en carta dirigida  a la Secretaría Municipal de Salud de Borba. Otros como los dos que se presentaron en el Careiro Marrón, Manaus, advirtieron que solo se quedarán en esa zona por el período de un año, y además atenderían a la población dos días a la semana.

Y ahí está la gran farsa: creer que el problema se va a solucionar. Para quien, como este reportero ha visitado ya algunas unidades básicas de salud de Sao Paulo, resulta raro encontrar médicos y equipos completos en los puestos de atención, y todo ello tiene su origen en la desigual distribución brasileña. Como decía Haddad, son muchos los desafíos que tiene el país sudamericano por delante.

Fue una equivocación muy grande, una falta de cortesía y de respeto lo que sucedió. Una falta de respeto con un país amigo y con la población más pobre de nuestra nación. La salida de los médicos cubanos representa un enorme retroceso para nuestra salud pública».

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