NUEVA YORK, abril 21.— Arrestar al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, es una prioridad para el Gobierno de Donald Trump, afirmó este viernes el secretario de Justicia, Jeff Sessions.
El Departamento de Justicia estudia presentar cargos contra Assange por la revelación en el pasado de miles de documentos clasificados y top secret de las agencias de inteligencia estadounidenses. «Vamos a aumentar nuestros esfuerzos en la lucha contra todas las filtraciones», declaró Sessions, según la agencia ANSA.
El fiscal general consideró que este problema ha llegado más lejos «que nada que yo sepa», por lo cual su departamento «intentará poner a algunas personas en la cárcel allí donde tengamos un caso» contra ellas.
Sessions agregó que este «es un asunto que supera todo lo que conozco». El gobierno de Trump investiga si la organización de Assange ha cometido un delito al obtener recientemente información secreta sobre las herramientas de espionaje de la CIA.
«Tenemos profesionales que están en la seguridad de Estados Unidos desde hace años y se sienten shockeados por el número de fuga de documentos, algunos muy graves», continuó Sessions, y agregó que se intensifican esfuerzos para impedir otras fugas.
Como es ya habitual en su corta carrera política, la decisión de Trump representa un cambio total respecto a lo declarado durante su campaña electoral, cuando tuvo frases generosas para la plataforma de Assange.
«Amo a WikiLeaks», dijo Trump en plena campaña, al tiempo que alentaba a la organización a publicar los correos electrónicos de su rival, la demócrata Hillary Clinton.
Para la CIA, la tarea de WikiLeaks va más allá de las actividades protegidas por la Libertad de Prensa. «Es el momento de llamar a WikiLeaks por lo que es: un servicio de inteligencia hostil que a veces actúa instigado por poderes estatales como Rusia», expresó recientemente el director de la CIA, Mike Pompeo.
La Constitución estadounidense reconoce el derecho de los medios a publicar información clasificada, por lo que el Gobierno no ha podido todavía acusar a WikiLeaks por sus revelaciones.
Assange se encuentra en la embajada de Ecuador en Londres, donde solicitó asilo político precisamente por temer que las autoridades suecas —país donde es acusado de presuntos delitos sexuales— lo pongan en manos de las autoridades estadounidenses ávidas de cobrarle el elevado costo político que tuvo para la Casa Blanca la exposición mediática del reprochable actuar de la diplomacia y las agencias de seguridad norteamericanas en todo el mundo, incluso contra aliados.