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El presidente de la Asamblea Nacional de Francia, Claude Bartolone, entregó este viernes al presidente François Hollande y al primer ministro Manuel Valls una copia del proyecto de resolución para iniciar un proceso de destitución al mandatario Autor: Telesur Publicado: 21/09/2017 | 06:41 pm
El presidente de la Asamblea Nacional de Francia, Claude Bartolone, entregó este viernes al presidente François Hollande y al primer ministro Manuel Valls una copia del proyecto de resolución para iniciar un proceso de destitución al mandatario, acusado de revelar secretos de Estado, informó el diario Le Parisien, informó Telesur.
El documento, firmado por 79 diputados del opositor partido Los Republicanos, apela al artículo 68 de la Constitución francesa el cual señala que el mandatario puede ser destituido por un incumplimiento de deberes que sea manifiestamente incompatible con el ejercicio de su cargo.
El cuestionamiento surge a partir de la publicación del libro Un presidente no debería decir eso, escrito por Gérard Davet y Fabrice Lhomme, dos periodistas de investigación del diario Le Monde. El jefe de Estado francés ofreció unas amplias entrevistas que despertaron gran controversia en el país europeo.
Para la oposición, la revelación de estas informaciones confidenciales suponen «graves violaciones» que ponen en peligro la seguridad nacional de Francia.
«Este proyecto de resolución (para el "impeachment" de Hollande) expresa nuestra profunda convicción de que un presidente no debe, no puede y simplemente no tiene derecho a desvelar nada relacionado con sus responsabilidades como jefe de Estado y jefe de las Fuerzas Armadas», señalaron los impulsores de la iniciativa.
Sin embargo, el diario Le Figaro indicó que las posibilidades de que se ponga en marcha el procedimiento del «impeachment» son prácticamente nulas, debido a que la mayoría del Parlamento está en manos del Partido Socialista, liderado por Hollande.
Las revelaciones presentadas en el libro provocaron gran controversia no solo en la oposición francesa, sino también dentro del Partido Socialista. Los índices de aprobación del mandatario francés se ubican en un mínimo histórico del cuatro por ciento.
