Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El inicio del adiós a la guerra

Resalta equipo negociador de Gobierno colombiano apoyo de Cuba como país sede de los diálogos

Autor:

Yailé Balloqui Bonzón

Aunque no es posible hablar todavía de una paz total para Colombia, pues aún faltan obstáculos por allanar, lo alcanzado este jueves por el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo, ha doblado la página a 52 años de conflicto armado, como sentenciara el Jefe del grupo negociador gubernamental, Humberto de la Calle.

En conferencia de prensa ofrecida al finalizar la ceremonia de firma de los sustanciales acuerdos logrados, De la Calle detalló que se puso en marcha una etapa que arraigará una paz firme y duradera para Colombia.

Precisó que «se han firmado cuatro instrumentos, y cada palabra pesa. Esta es una proyección irreversible de que el acuerdo final de paz será firmado de manera muy pronta».

Sin restarle importancia a todos los pilares básicos de los acuerdos alcanzados, una de las sorpresas de la jornada fue el acuerdo para zanjar las diferencias sobre el mecanismo para la refrendación del acuerdo de paz. Durante todo el proceso de diálogo este ha sido un tema que ha traído no pocos escollos entre las partes, que ahora se comprometieron a aceptar un mecanismo de participación popular que la Corte Constitucional indique y en los términos que esta señale.

Sobre este particular, Humberto de la Calle aseguró que se acatará categóricamente lo decidido en ese ente institucional. La decisión que se adopte «le dará enorme legitimidad al plebiscito o al mecanismo que se dictamine». «Se cierra de esta manera la polémica sobre el proceso de refrendración y queremos, por supuesto, que la última palabra la tengan los colombianos», insistió.

Pese a los avances alcanzados, al Gobierno y a la insurgencia le quedan «asteriscos aun por resolver. Falta un trabajo importante, pero creemos que este proceso es irreversible», afirmó De la Calle. Se refería a que quedan aún por acordar los mecanismos de implementación para llevar a la práctica los temas acordados durante todo este tiempo de negociación y la manera en que se producirá el paso de las FARC-EP de organización armada a movimiento político.

También quedaría pendiente la consolidación del mecanismo internacional de verificación que certifique si las partes cumplen o no con lo acordado. Es por todo ello, afirmó el ex vicepresidente, que «no nos casamos con fechas».

Existe un interés mutuo en que la firma de ese acuerdo final sea lo más rápido posible pero «de fecha no hablamos. No queremos imponer plazos fatales», insistió De la Calle.

Otro de los temas en los que se ha insistido desde el inicio del proceso es en que «nada está acordado hasta que todo no esté acordado». Es por ello que el cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo pactado hoy por las partes no entraría en vigor hasta que no se alcance el sellado final del proceso.

En respuesta a la prensa sobre la posibilidad de que esto se adelante por la importancia que registra para la nación colombiana, De la Calle afirmó que «si hay condiciones» el silencio total de los fusiles podría adelantarse a la firma del acuerdo final de la paz definitiva.

Especificaciones sobre la manera en que se llevará a cabo el proceso de dejación de armas por parte de la insurgencia fueron brindadas por el general Jorge Enrique Mora Rangel, también parte del equipo negociador gubernamental, quien detalló que se entregarán a las Naciones Unidas el total de las armas, de cualquier tipo, que tenga la guerrilla en su poder. De esta manera, las «armas desaparecerán para siempre de Colombia», dijo.

El general Mora recalcó que las FARC-EP se desmovilizan y se incorporarán al sistema democrático colombiano, y para ello el Gobierno les mantendrá las garantías y la protección. «Hemos mirado con detalles para que no se repita lo que ha ocurrido en otras ocasiones», aseguró el militar y agregó que el ingreso de la insurgencia al ejercicio político del país, sin armas, es el propósito fundamental de este proceso.

Significó que, luego de 42 años ejerciendo como militar en el campo de batalla, nunca imaginó que estaría un día sentado a una mesa dialogando con su adversario para encontrar la paz.

El Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo —también integrante de la mesa gubernamental— felicitó al grupo negociador y a su par de la insurgencia y recordó que nunca se había llegado a un punto semejante en ninguna latitud del mundo. Estos acuerdos los hemos logrado «entre colombianos y por los colombianos», sentenció.

Especial significación tiene el papel de las naciones garantes y acompañantes que brindan su apoyo a todo este proceso. De la Calle reafirmó que «nunca nos fatigaremos de agradecer el soporte de todos, especialmente de Cuba, como país sede de los diálogos, cuyo Gobierno ha actuado con enorme profesionalismo». Igualmente agradeció a Noruega, Chile, Venezuela, toda la región latinoamericana y caribeña, así como a los organismos internacionales que han intervenido y mediado en el proceso.

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