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El Doctor Jorge González (segundo de derecha a izquierda) dio al distinguido visitante una calurosa acogida en el Instituto Victoria de Girón. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 06:19 pm
Un grupo de jóvenes recibió al primer Ministro de Timor-Leste, Rui María de Araujo, a su llegada al centro que rige los programas de estudio de la Universidad de Ciencias Médicas, adonde llegó acompañado por el ministro de salud cubano, Roberto Morales Ojeda, y por el rector de la Institución, Jorge González Pérez.
Más adelante, el Doctor González Pérez le presentó orgulloso a los diez muchachos que, con sus batas blancas, aguardaban en fila a la entrada del salón donde luego sostendría un intercambio con el Primer Ministro. «Aquí están los suyos», le dijo el Rector cubano, y Rui María de Araujo saludó a cada uno.
Para un país que ha logrado formar a más de 800 médicos en más de una década, gracias a la colaboración médica cubana, y que espera llegar a la cifra de mil en los próximos dos o tres años, los diez jóvenes timorenses que aguardaron al Primer Ministro son una prueba más de la «excelente colaboración cubana», según la calificación del visitante.
«La formación cubana es integral, no solo por la base científica, sino por los principios éticos y humanistas. Ya desde la independencia de Timor-Leste el Gobierno apostó por la formación de los futuros médicos timorenses teniendo como base los principios y el currículo de la formación médica en Cuba», apuntó el distinguido visitante, quien aseguró que si Timor-Leste había logrado reducir la mortalidad infantil y estar entre los países que cumplieron ese Objetivo del Milenio se debe a la contribución de Cuba.
«Desde que comenzamos esta colaboración en 2014 ya pasaron por Timor-Leste más de mil colaboradores y ha marcado una gran diferencia en la salud de la población», expresó.
Asimismo, dio a conocer que ya fundaron en su país una Escuela de Medicina, donde la mayoría de los docentes son cubanos, al tiempo que se preparan los timorenses que se encargarán de la responsabilidad de formar a los galenos propios y de otros países de Asia-Pacífico, un proyecto pensado para mediano y largo plazos.
El Primer Ministro mencionó el importante apoyo de Cuba en la alfabetización de los timorenses, así como la colaboración en el deporte, la agricultura y la cultura.
«La alfabetización, que se inició en 2007, consiguió alfabetizar en un período de cinco años a 190 000 timorenses, que representan el 10 o 15 por ciento de la población», puntualizó.
«Quiero aprovechar la oportunidad para agradecer, en nombre de mi Gobierno, al Comandante Fidel Castro por haber iniciado toda esta colaboración desde 2003, y agradecerle a su Excelencia Raúl Castro por haberle dado continuidad a todo aquello que nosotros comenzamos, y agradecer al pueblo hermano y solidario de Cuba por la generosidad, en especial, a aquellos que dejaron Cuba para viajar a las antípodas y estar con nosotros en Timor-Leste para ayudarnos con nuestro proceso de desarrollo», manifestó el Primer Ministro.
En el intercambio, tanto con el Ministro de Salud cubano como con el Rector de la Universidad de Ciencias Médicas, el dirigente timorense recibió una detallada explicación sobre el modo en que está concebida la formación masiva de médicos, a partir de un nuevo concepto para que los estudiantes salgan muy bien preparados y listos para la atención primaria de salud: valorar los estilos de vida y factores de riesgo de las poblaciones, así como para diagnosticar, tratar y rehabilitar ante cualquier enfermedad.
Rui María de Araujo preguntó a su contraparte y recibió detalles. Se le vio asentir en gesto de aprobación cuando el Dr. González dijo: «Si nuestros médicos no fueran buenos, los pueblos no los quisieran; son buenos técnicamente y humanamente». Sus palabras iniciales confirmaron la certeza.
