El resultado de la política hegemónica de una potencia extraterritorial, la usurpación de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur por el Reino Unido, fue tema de reflexión en el taller de actualización sobre una causa que es latinoamericana, caribeña y de todos los pueblos que luchan por la justicia y la paz.
Auspiciado por el Grupo de trabajo, de apoyo y solidaridad a la Argentina, la Asociación Cubana de las Naciones Unidas (ACNU), y la Embajada de la nación conosureña en La Habana, el foro tuvo su primera jornada este jueves y reunió a especialistas, académicos, historiadores, organizaciones, instituciones y representantes de la sociedad civil cubana, además de la presencia de la embajadora Juliana Marino.
Soraya Álvarez, directora de la ACNU, en sus palabras inaugurales, recordó que en diciembre se estarán cumpliendo 50 años de que la Asamblea General de la ONU y su Comité de Descolonización acordaran la Resolución 2065, cuya interpretación sigue siendo válida porque esos territorios, que son argentinos, se mantienen ocupados y son militarizados más aún, violando acuerdos de las Naciones Unidas y la declaración del Atlántico Sur como zona de paz.
La embajadora Juliana Marino, quien agradeció el permanente apoyo de Cuba al batallar argentino por la soberanía sobre esos territorios, destacó especialmente «las palabras claras y firmes» del Presidente Raúl Castro en la VII Cumbre de las Américas en Panamá, y aseguró que Cuba se ha caracterizado por acompañarlos en el reclamo, pues «cuando dicen “Las Malvinas son argentinas” ya están haciéndose solidarios con nuestro derecho de soberanía».
Detalló los argumentos jurídicos, históricos y políticos del reclamo y advirtió que pese al llamado de la ONU a conversar y negociar la situación, Gran Bretaña sigue negándose a ello, a la vez que «explota y expolia nuestros recursos naturales» petroleros y pesqueros que considera como «sus activos estratégicos».
Denunció las recientes acciones unilaterales del Gobierno británico cuando solicitó aumento del presupuesto militar para ese enclave colonial, precisamente cuando el pueblo argentino recordaba el 2 de abril, Día de los Veteranos de Guerra, lo que consideró, además, «una provocación».
Las ponencias de las especialistas Juana Elena Ramos, representante de la Cancillería cubana, quien actualizó el tema en el marco de Naciones Unidas y su Comité de Descolonización; de Camilo García, por la Uneac; y de la Dra. Leyla Carrillo, del Centro de Investigaciones de la Política Internacional, completaron las exposiciones del día, las que fueron ampliamente comentadas y debatidas por los presentes.
Los aportes y propuestas de acciones por parte de los participantes, para la divulgación de la cuestión de Las Malvinas en Cuba y en eventos internacionales, serán recogidas en la Declaración de Solidaridad con el pueblo argentino sobre la cuestión Malvinas que este viernes se presentará y adoptará en la jornada clausura del evento cubano, que complementa similares actividades en no pocos países y regiones del mundo solidarias con una problemática que no ha logrado una solución definitiva, por el rechazo del Gobierno de Londres a admitir que se trata de un diferendo de soberanía, y por la voluntad de las potencias de minimizar el tema de la descolonización, no solo de Las Malvinas, sino de los 17 territorios en esa condición reconocidos por la ONU, diez de los cuales están bajo la responsabilidad del Reino Unido.