La convivencia lleva ya 41 años y puede ser modelo de relaciones económicas y políticas para América Latina y el Caribe. Se trata del esquema creado por Cuba y la Comunidad del Caribe (Caricom), que este 8 de diciembre celebran el establecimiento de relaciones diplomáticas que hicieron historia, reforzando lazos que tenían ya raíces culturales y étnicas.
Fue el 8 de diciembre de 1972, cuando cuatro naciones de la región insular que recién habían alcanzado su independencia: Barbados, Guyana, Jamaica y Trinidad-Tobago, abrieron los vínculos como Estados soberanos hacia la Cuba todavía aislada por otros en la América Nuestra, un gesto de valentía indiscutible, cuando Estados Unidos presionaba el aislamiento de la Mayor de las Antillas, que demostró la hermandad sempiterna de los pueblos que habitan el mar que nos une.
Durante la IV Cumbre Caricom-Cuba en Trinidad-Tobago, el Presidente Raúl Castro señaló: «Cuba no olvidará jamás tan noble gesto y reconocerá eternamente la actitud de los líderes Errol Barrow, Forbes Burnham, Michael Manley y Eric Williams, quienes abrieron el paso a una relación basada en el respeto mutuo, la amistad y la cooperación entre los países miembros de Caricom y Cuba».
A partir de esa decisión concertada, los otros países de la región siguieron el ejemplo y abonaron día a día los vínculos que llevaron a dar vida a las Cumbres Caricom-Cuba, iniciadas en 2002. Con ellas, se ha cementado la solidaridad, la cooperación y la complementación, principios básicos que sustentan también otros mecanismos de integración en América Latina y el Caribe como la Celac y el ALBA-TCP, ejemplos todos de un modelo de cooperación sur-sur, un esfuerzo compartido de unidad y de lucha en un complejo contexto global.
A esta integración, Cuba lleva su experiencia y logros en la educación y la salud, desde el concepto de la solidaridad. Son varios miles los jóvenes caribeños graduados ya o que estudian en las universidades y centros técnicos de nuestro país; a su vez, el Caribe se ha mantenido firme en el principio de defender la plena integración de Cuba a la región, y en el rechazo y denuncia a la criminal política de bloqueo.
Hoy se renuevan compromisos de integración efectiva y de solidaridad compartida, conscientes de que ese es el único camino.