ASUNCIÓN, agosto 20.— El primer contingente de fuerzas combinadas del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea llegó hoy a la convulsa zona norte paraguaya por autorización expresa del presidente Horacio Cartes, informó PL.
El Gobierno había negado inicialmente que militarizaría los departamentos de Concepción y San Pedro, donde se registraron ataques del llamado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), con un balance de cinco muertos y dos heridos, todos del bando policial.
El primer grupo castrense, integrado por 70 efectivos bajo la dirección del general de brigada Mario González, arribó por vía aérea a la zona de Tacuatí, en Concepción, escenario del primer enfrentamiento entre el grupo irregular y la policía.
Los militares se instalaron en el destacamento de Tacuaty Poty, a 50 kilómetros de la estancia Lagunita, escenario del choque inicial del pasado sábado y a corta distancia del ataque del domingo a una patrullera policial que recibió más de 30 disparos y sufrió un herido.
En realidad, de acuerdo con las leyes paraguayas, únicamente el jefe de Estado puede ordenar la movilización militar para intervenir en este tipo de conflictos sin que el Parlamento declare el estado de excepción, algo no descartado totalmente, según legisladores.
Por otro lado, todo tipo de versiones y declaraciones oficiales un poco contradictorias rodean el actual panorama provocado por los últimos sucesos.
El Fiscal General del Estado, Javier Díaz, admitió a los periodistas que «está en marcha» la coordinación con los gobiernos de Colombia y Estados Unidos para recibir de ellos ayuda destinada a combatir al mencionado grupo armado.
Casi paralelamente, y después de una reunión con Cartes, el vicepresidente Juan Afara negó tal noticia bajo el criterio de la suficiencia de las instituciones paraguayas para resolver el problema sin necesidad de ayuda extranjera.
Para tensar más el panorama, el acaudalado ganadero Aníbal Lindstron, cuyo hermano murió hace pocos meses en un atentado en la misma zona, aseguró que varias personas armadas estuvieron esperando a una de sus sobrinas en una carbonera de su propiedad.
Lindstron lanzó la alarma de que se desconocía el paradero de su familiar y posiblemente había sido secuestrada por el mismo EPP, pero después se conoció su movilización hacia una casa resguardada al conocer la presencia de desconocidos en la carbonera.