Después de una semana de receso, la mesa de diálogo que mantienen las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Gobierno colombiano retomó su curso este lunes con la presentación por parte de la guerrilla de diez nuevas propuestas mínimas para combatir el hambre, garantizar la soberanía alimentaria y el buen vivir de la población del país sudamericano, lo cual ve como crucial para lograr la añorada paz.
El grupo insurgente plantea, entre algunas de sus más recientes proposiciones, el diseño de un «Programa Especial de Hambre Cero» que se alimente de un presupuesto equivalente al uno por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) proveniente de la reducción del actual gasto en seguridad y defensa.
Con este programa, acotan, «la erradicación del hambre y la desnutrición provocadas por la desigualdad y la pobreza se convertirán de inmediato en política prioritaria del Estado», explicaron las FARC-EP en un comunicado entregado en la mesa de diálogo.
También proponen la «oferta suficiente, estable, salubre y ambientalmente sostenible de alimentos para el consumo de la población», la cual se fundamentaría —acotan—en un ordenamiento espacial y territorial que llaman «Zonas de Producción Campesina de Alimentos» y «Zonas de Reserva Campesina».
Estas nuevas propuestas se presentan luego de que al final del ciclo anterior de conversaciones, el representante gubernamental en la mesa de diálogo, Humberto de la Calle, apuntara en una declaración que el Gobierno no contempla la posibilidad de abrir la agenda por la que se rigen las conversaciones y que fue previamente pactada por las partes en agosto pasado, para incluir los temas que sobre el tapete ha puesto la guerrilla.
Las propuestas que tengan sobre los distintos aspectos del acontecer nacional podrán tramitarla con democracia, una vez que se hayan desmovilizado y convertido en organización legal, reiteró entonces.
No obstante, al finalizar el pasado período de pláticas, ambas partes anunciaron que han llegado a aproximaciones sobre el propósito de dar acceso progresivo a la tierra al mayor número posible de colombianos que no la posean.
Antes de viajar el domingo a La Habana, De la Calle insistió en que para lograr el fin del conflicto armado colombiano, con más de medio siglo de existencia, resulta fundamental el campo y su transformación.
«Como lo han dicho el presidente Juan Manuel Santos y el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, la construcción de una paz estable y duradera pasa necesariamente por la transformación del campo, una de cuyas variables principales es el acceso de los campesinos a la tierra», manifestó.
De la Calle expresó además la voluntad gubernamental de elevar la calidad de vida de los colombianos que habitan las zonas rurales, garantizando acceso a bienes públicos como salud y educación
Al referirse a la posibilidad de un cese el fuego bilateral, como lo han pedido en reiteradas ocasiones los insurgentes y varias organizaciones sociales en el país, señaló que si no aceptan esta posibilidad es en beneficio de una consecución rápida de la paz.
Durante la más reciente pausa en las conversaciones se produjo la liberación, por parte de las FACR-EP de los tres uniformados retenidos, hecho que le había aportado cierta tensión al inicio del ciclo de diálogo anterior.
También durante el descanso la representación gubernamental de paz sostuvo un encuentro con el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, en el que intercambiaron sobre los avances de la mesa de La Habana y recibieron instrucciones sobre las futuras líneas a seguir en los contactos venideros.
Antes de iniciar la nueva ronda de diálogos, la guerrilla envió un saludo al presidente venezolano Hugo Chávez en esta nueva etapa de su recuperación.
Iván Márquez deseó a nombre de las FARC-EP «pronta recuperación y al pueblo venezolano esperanzas en que la Revolución Bolivariana seguirá produciendo hechos de justicia social y soberanía», apuntó.