Un uso agrícola de la tierra privilegiando la producción de alimentos por encima de la ganadería, un mayor y equitativo acceso al agua, así como el establecimiento de estrictas prohibiciones a la extracción minera a cielo abierto y de hidrocarburos en Colombia, son las nuevas propuestas que las FARC-EP ponen a consideración del Gobierno de Juan Manuel Santos para un desarrollo rural y agrario integral en el país sudamericano.
Las peticiones, contenidas en los puntos cuatro y cinco, engrosan las diez proposiciones que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) están haciendo públicas en los últimos días y que emergen de varios espacios de participación popular abiertos en todo el país sobre el tema agrario, punto crucial de discusión en los diálogos de paz que sostienen en La Habana la guerrilla y el ejecutivo de Santos.
Las nuevas propuestas —dadas a conocer por Rubén Zamora— incluyen la garantía de «acceso real y efectivo y disfrute de los bienes comunes de la tierra considerando de manera especial el derecho de las mujeres y una perspectiva pluriétnica y multicultural», así como evitar la concentración de la propiedad en detrimento de quienes viven y trabajan en el campo.
Las FARC-EP abogan también por la puesta en práctica de acciones frente a los cultivos de uso ilícito para transitar hacia producciones alternativas o de sustitución, así como la creación de un «fondo de tierras» conformadas por tierras provenientes de latifundios ociosos o inadecuadamente explotados.
Los enviados de Juan Manuel Santos a las pláticas en La Habana continúan sin ofrecer declaraciones a la prensa sobre este o algún otro particular, aunque desde Bogotá, el vicepresidente Angelino Garzón calificó el lunes de «imposibles» las propuestas de las FARC-EP, en especial lo referente a un cese al fuego bilateral propuesto por la guerrilla el domingo último.
Este martes se reanudó el ciclo de tres días de sesiones de la mesa de diálogo que se extenderán hasta el próximo jueves en el Palacio de Convenciones de La Habana, sede permanente de las pláticas.