CARACAS, abril 22.— «Es imprescindible reflexionar sobre las campañas que la oposición desarrolla para desestabilizar el país y crear conmoción social», recomendó este domingo el periodista y exvicepresidente de Venezuela José Vicente Rangel, en su habitual programa televisivo dominical.
Rangel recordó la campaña mediática desarrollada durante febrero y marzo pasados en relación con la supuesta contaminación del agua potable que se consume en esta capital y en otras urbes.
Al respecto, evocó la montada sobre la supuesta existencia de armas de destrucción masiva en Iraq, que sirvió de pretexto para la invasión y posterior ocupación de ese país árabe por Estados Unidos.
Salvando las distancias, se trata del mismo mecanismo, comentó Rangel.
Sobre estos temas, Rangel entrevistó al ministro del Ambiente, Alejandro Hitcher, quien explicó que todo comenzó el 14 de febrero, cuando voceros opositores comenzaron a escandalizar y crear terror en la población a partir de un derrame petrolero menor ocurrido 10 días antes en el estado Monagas.
El manejo del tema por medios privados de difusión en el país y por agencias foráneas tuvo, además, la intención de hacer creer que Petróleos de Venezuela (PDVSA) no está capacitada para manejar la industria petrolera, opinó el ministro.
No hay que olvidar que la transnacional estadounidense Exxon Mobil tenía intereses en el sitio donde ocurrió el derrame, apuntó.
En ese escenario, dirigentes opositores lanzaron el rumor de que el agua potable que se consume en Caracas y otras importantes urbes estaba contaminada, todo el el mismo objetivo de caotizar el país y crear un clima de conmoción social, explicó.
Hitcher recordó que los avances logrados durante el gobierno del presidente Hugo Chávez, en la distribución del agua potable en todo el país han sito extraordinarios y la mayoría de la población los conoce porque ha participado y por eso fue impermeable a esa campaña.
Sin embargo, precisó, sí hizo su efecto en la clase media, que se lanzó a las calles a comprar agua embotellada.
Cuando Chávez llegó al gobierno, en enero de 1999, la distribución de agua potable cubría el 80 por ciento de las zonas urbanas y el 50 por ciento de las rurales.
En la actualidad esa cobertura alcanza el 96 por ciento en las ciudades y el 80 en las zonas rurales, aseguró el ministro.