Mali vive uno de los momentos más peligrosos. Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 05:18 pm
BAMAKO, marzo 24.— Los autores del golpe contra el presidente maliense Amadou Toumani Touré, cada vez más aislados dentro como fuera del país, intentaban el sábado poner fin a la incertidumbre que domina la nación africana y controlar la situación ante una posible contraofensiva lealista, señaló AFP.
Este sábado reinaba una calma precaria en esta capital, donde la actividad estaba ralentizada con numerosos bancos y gasolineras cerrados. Asimismo seguían produciéndose algunos saqueos y disparos esporádicos.
En un breve mensaje difundido por la televisión pública, que mantienen ocupada, los golpistas del autodenominado Comité Nacional para la Regeneración de la Democracia y la Restauración del Estado (CNRDRE) llamaron a «los propietarios de las gasolineras a abrir» sus establecimientos, y aseguraron que habían «tomado medidas» para prevenir los saqueos, aseguró un portavoz.
También la televisión pública difundió una intervención del jefe de la junta militar golpista, el capitán Amadou Sanogo, en la que desmintió rumores sobre su suerte y la situación en Bamako, alimentados por una breve interrupción de la señal del canal televisivo.
«Soy el capitán Sanogo y estoy bien de salud, todo va bien», declaró escuetamente, según lo citó AFP.
Otro despacho de Notimex, que citó reportes del portal de noticias MaliWeb, apuntó que el líder golpista condenó los saqueos ocurridos en Bamako y deslindó de estos actos a los soldados amotinados, al tiempo que atribuyó el saqueo a «personas mal intencionadas» que visten uniforme militar para confundir a la opinión pública y ponerla en contra del golpe de Estado, pero «el vandalismo no es nuestra misión, ni nuestra causa», agregó Sanogo.
En entrevista exclusiva a la agencia noticiosa estadounidense Associated Press (AP), Sanogo aseguró: «Controlo ahora todo el país» y ante una indagatoria no aclaró el paradero del presidente Amadou Toumani Touré: «Ante esta pregunta, saben que como soldado tengo mis secretos», respondió.
También uno de sus adjuntos afirmó que «todo el ejército» está con ellos, y presentó ante la cámara a algunos soldados y a suboficiales del ejército y la policía.
Soldados dirigidos por el capitán Sanogo anunciaron el jueves que derrocaron al presidente Touré, disolvieron todas las instituciones y suspendieron la Constitución, tras enfrentamientos con lealistas alrededor de la presidencia.
Los golpistas acusaron al presidente Touré y a sus mandos de incompetencia en la lucha contra la rebelión tuareg y los grupos islamistas en el Magreb Islámico (AQMI), que efectúan desde mitad de enero una vasta ofensiva en el noreste del país.
Una de sus facciones, el grupo islamista Ansar Din, afirmó que se dispone a tomar Kidal, una de las ciudades más importantes del noreste de Malí, en plena región tuareg, y a aplicar la ley coránica allí.
El paradero del presidente Touré sigue siendo un misterio, afirma la agencia noticiosa francesa, pues se ignora si está en manos de los golpistas o si está protegido en un lugar desconocido por militares lealistas preparando una contraofensiva, como dijo el jueves su entorno.
A la incertidumbre sobre la situación militar se suma la pregunta de cuáles son los planes políticos de la junta. A cinco semanas de la primera vuelta de la elección presidencial, prevista el 29 de abril, el golpe de Estado ha sido condenado por doce de los principales partidos políticos de Malí, lo que fragiliza aún más la posición de los militares en rebeldía, agrega AFP.
Por su parte, EFE reporta que los diez principales partidos políticos malienses, agrupados en el llamado Frente de Defensa de la Democracia, han condenado enérgicamente el golpe de Estado militar y exigen el regreso «inmediato» al orden constitucional y reclaman la celebración de elecciones generales en la fecha prevista del 29 de abril próximo.
«Mali vive uno de los momentos más peligrosos y más dramáticos de su historia democrática», han subrayado los partidos signatarios del comunicado difundido hoy, al añadir que el derrocamiento es «un grave retroceso».
La confusión, la incertidumbre, el miedo, el pillaje y los saqueos persistían hoy en la capital maliense, añadió EFE, que describe calles casi desiertas, mientras el país está cada vez más aislado, con sus fronteras terrestres y su espacio aéreo cerrados.
En el plano internacional, una delegación de la Comunidad Económica de África Occidental (CEDEAO) se encuentra ya en Bamako para entablar conversaciones con los jefes de la junta militar, mientras que se espera que llegue al país un representante de la Unión Africana (UA). Ambas organizaciones continentales condenaron rápidamente el golpe de fuerza militar y la UA incluso amenazó con retirar a Mali su status de miembro.