CAROLINA DEL SUR, enero 20.— La carrera por la nominación presidencial republicana dio «un giro surrealista» este jueves, cuando Rick Perry se retiró, Newt Gingrich enfrentó impresionantes denuncias de una ex esposa y Mitt Romney luchaba por mantener en pie su frágil posición como favorito.
Luego, un agresivo debate nocturno remató la desconcertante jornada.
El ex senador Rick Santorum jugó al ataque la mayor parte de la noche, en un intento por insertarse en lo que parece cada vez más como una competencia entre dos corredores cuando restan menos de 48 horas antes de que abran los puestos de votación en las primarias del sábado en Carolina del Sur.
Santorum acusó a Romney y Gingrich de coquetear con la izquierda en lo que respecta a los servicios de salud. Ambos rechazaron las acusaciones.
El debate comenzó pocas horas después de que se conoció la noticia de que Romney había sido despojado de su victoria en las asambleas partidarias de Iowa. El ex gobernador de Massachusetts sufrió un segundo tropiezo con el abandono de Perry para apoyar a Gingrich, el ex presidente de la Cámara.
Gingrich, por su parte, fue acusado por una ex esposa de buscar un matrimonio «abierto» para poder continuar la relación con su amante.
«Newt no es perfecto, pero ¿quién de nosotros lo es?», dijo Perry, quien abruptamente abandonó la campaña justo antes de la primera elección primaria en el sur del país.
La decisión de poner fin a su otrora prometedora candidatura dejó a Romney, Gingrich, Santorum y el representante por Texas Ron Paul como los contendientes en la carrera para elegir a un republicano a fin de desafiar al presidente demócrata Barack Obama en los comicios de noviembre.
Nueve horas después del abandono de Perry, los cuatro candidatos restantes se encontraron para el último debate previo a las primarias del sábado.
Gingrich denunció airadamente a los medios de comunicación por exhibir a su ex esposa en los últimos días de la campaña, pero Santorum, Romney y Paul se alejaron de la controversia.
«Vamos a los problemas reales, eso es todo lo que tengo que decir», dijo Romney, aunque señaló que él y su esposa, Ann, han estado casados por 42 años.
Los cuatro candidatos republicanos restantes atacaron vigorosamente a Obama, mientras que Santorum, en particular, trató de levantar su propio perfil.
Ante la audiencia, el ex senador se refirió al cambio en Iowa, donde una derrota por ocho votos en las asambleas partidarias se convirtió ahora en una ventaja de 34 votos, aunque el Partido Republicano de Iowa no declaró un ganador.
Santorum lanzó dardos tanto a Gingrich como a Romney, pero parecía prestar más atención al primero. Si Gingrich es el candidato del partido, dijo, «se tiene ese preocupante momento en que algo va a estallar. Y no necesitamos eso en un candidato».
Las últimas encuestas, al sumarle el respaldo de Perry, sugerían que Gingrich era el candidato con el impulso y Romney el que luchaba para validar su posición como favorito. Más allá de sus consecuencias, lo cierto es que los acontecimientos del día redujeron el número de aspirantes que compiten para emerger como la principal alternativa conservadora frente a Romney.