Vista aérea de una de las áreas dañanas que muestra cómo era antes del sismo (a la izquierda) y cómo quedó después. Autor: New York Times Publicado: 21/09/2017 | 05:06 pm
TOKIO, abril 11.— El gobierno japonés amplió la zona de evacuación alrededor de la central nuclear de Fukushima el lunes, cuando al cumplirse exactamente un mes de la catástrofe del 11 de marzo se registró un sismo de magnitud 6,6 en el noreste del país, que causó un muerto y desencadenó una breve alerta de tsunami.AFP
El sismo, cuya magnitud inicial había sido estimada en 7,1, sacudió el devastado noreste de Japón a las 17h16 (8h16 GMT) y su epicentro fue localizado a menos de 100 km de la central nuclear de Fukushima Daiichi (N 1), donde la corriente eléctrica estuvo cortada durante unos minutos.
Una hora y media antes, a las 14h46, hora exacta del sismo del 11 de marzo, los habitantes del noreste habían observado un minuto de silencio en memoria de los 13.127 muertos y 14.348 desaparecidos de la catástrofe contabilizados por la policía.
En Fukushima no se registró ningún daño, indicó un portavoz de Tokyo Electric Power (TEPCO), el operador de la central.
Este nuevo sismo, consecutivo a más de 400 réplicas desde el terremoto del 11 de marzo pasado, que provocó más de 27.000 víctimas entre muertos y desaparecidos, conmocionó a los habitantes de la zona, que todavía siguen bajo el impacto de la catástrofe anterior.
A raíz del sismo del lunes, el primer ministro japonés Naoto Kan aplazó la conferencia de prensa prevista a fines de la tarde para hacer un balance de la situación al cumplirse el primer mes de la catástrofe del 11 de marzo.
Poco antes del sismo, el gobierno se había mostrado optimista con relación a la situación en la central de Fukushima donde, al parecer, lo peor ha sido evitado.
«El riesgo de que la situación en la central nuclear se deteriore y que desemboque en un nuevo escape radiactivo mayor se redujo considerablemente», dijo el portavoz del gobierno Yukio Edano.
Sin embargo, el gobierno japonés decidió el lunes ampliar la zona de evacuación en torno a la planta nuclear accidentada de Fukushima (noreste), que es actualmente de un radio de 20 km.
El riesgo de un escape mayor se redujo considerablemente, pero la exposición prolongada a dosis de radiactividad poco elevadas constituye un peligro que justifica esta medida, afirmó Yukio Edano.
«Es algo muy difícil, pero en el próximo mes vamos a pedirles a las poblaciones afectadas que se vayan», dijo Edano en una conferencia de prensa transmitida por televisión.
La nueva zona de exclusión no será circular ni general, se indicó.
Más allá de la zona de exclusión de 20 km, el gobierno evacuará localidades precisas en función de las medidas de radiactividad.
La posibilidad de una catástrofe nuclear más grave que la de Chernobyl en 1986 angustia al mundo desde que una ola gigante de 14 metros de altura, provocada por un sismo de magnitud 9, arrasó con las protecciones de la central.
La red eléctrica fue destruida y los circuitos de enfriamiento interrumpidos, lo que provocó un comienzo de fusión de las barras de combustible, seguido de explosiones y de humaredas radiactivas.
El accidente nuclear de Fukushima todavía no terminó, consideran los expertos que dicen que se necesitarán semanas sino meses para estabilizar la situación.
Hay que «temer los efectos de las réplicas del terremoto, pues la estructura está degradada», dijo uno de esos expertos.
El gobierno ya anunció que Fukushima Daiichi, que tiene seis reactores, el primero de ellos construido en los años setenta, será cerrada definitivamente.
El primer ministro agradeció el lunes a los países extranjeros que ayudaron a Japón en la crisis, publicando una carta en varios diarios chinos, estadounidenses y europeos.
«En un momento desesperado, gente en todo el planeta se unió a nosotros, inspirándonos esperanza y valor», dice la carta firmada por Kan.
Por su lado, Masataka Shimizu, presidente de TEPCO, viajó por primera vez a la región de la central, donde se disculpó por los «sufrimientos mentales y físico» que provocó el accidente nuclear.
Un mes después, la situación sigue siendo muy difícil para las 150.000 personas que perdieron la vivienda en el sismo y el tsunami del 11 de marzo, muchas de las cuales no vislumbran una mejora a corto plazo.
En las ciudades arrasadas por el tsunami las tareas de limpieza y reconstrucción apenas han comenzado.
En Rikuzentakata, una de las ciudades más destruidas, una mujer de treinta años sigue escarbando en los escombros de su casa.
«Un mes pasó y sigo buscando algo personal, un recuerdo, aunque sólo sea una foto», dice la mujer, cuya casa fue arrasada por las olas del tsunami.