NACIONES UNIDAS, octubre 5.— Cuba advirtió que la reforma de Naciones Unidas no debe convertir a la organización en un instrumento en función de los intereses y caprichos de unos pocos países ricos y poderosos.
El principal desafío es el de reformar la ONU para que sirva por igual a los intereses de todas las naciones, precisó este martes el representante permanente de Cuba, Pedro Núñez Mosquera, durante el debate sobre un informe (Memoria) del secretario general, Ban Ki-moon, reportó PL.
El diplomático sostuvo la necesidad de revitalizar el papel rector de la Asamblea General, «único órgano de Naciones Unidas donde no hay lugar para hegemonías, donde todos tenemos voz y voto y no existe el obsoleto derecho al veto».
Subrayó que una verdadera reforma de la ONU contempla la modificación real del Consejo de Seguridad, proceso que «aún no ha dado los resultados concretos que esperamos».
Asimismo, llamó a desterrar para siempre la manipulación política, la selectividad y el doble rasero del tema de los derechos humanos y a evitar que esos vicios afecten los mecanismos de la ONU en esa materia, incluido el Consejo de Derechos Humanos.
Núñez Mosquera dijo que el proceso de revisión de ese órgano debe ser único, transparente, inclusivo y de carácter intergubernamental y preservar elementos positivos como el mecanismo de Examen Periódico Universal.
También abogó por una mejor distribución geográfica en el personal de la Secretaría, en particular en la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, «donde el desequilibrio en la composición de su personal juega un papel esencial en las graves distorsiones» de su accionar.
En materia de cambio climático, el representante cubano reiteró que son los países desarrollados los que deben cumplir con su responsabilidad histórica y los compromisos asumidos bajo la Convención Marco y el Protocolo de Kyoto.
Además reclamó para las naciones subdesarrolladas los recursos financieros nuevos y adicionales, asistencia técnica, creación de capacidades y transferencia de tecnología, en condiciones preferenciales, necesarios para su desarrollo sostenible.
Igualmente desestimó la opinión contenida en la Memoria de Ban Ki-moon sobre un supuesto paso adelante conseguido en la cumbre de Copenhague sobre cambio climático.
Esa conferencia, precisó Núñez Mosquera, generó una crisis de confianza por la falta de transparencia con que se condujeron las negociaciones, ignorando las propias normas y procedimientos de la Convención Marco y de la ONU.
Acerca de la situación mundial, el embajador recordó que a pesar de las promesas «los países desarrollados han recurrido al más desembozado proteccionismo como parte de sus políticas de respuesta a la crisis, en detrimento de las economías subdesarrolladas».
Dijo que la reciente cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio demostró que la falta de recursos financieros es la causa principal de los retrasos en el logro de esas modestas metas.
Con respecto al tema del desarme, el representante cubano calificó de preocupante la realidad existente en esa esfera y en la relativa a la no proliferación y demandó la prohibición y eliminación total de las armas nucleares.
Cuba reitera su propuesta de destinar al menos la mitad de los actuales gastos militares a atender las necesidades del desarrollo económico y social, a través de un fondo manejado por la ONU, indicó Núñez Mosquera.
También propuso acordar un Plan de Acción Global que permita alcanzar la eliminación total y la prohibición completa de las armas nucleares en un plazo no mayor de 15 años.