CARACAS.— Al filo del mediodía, el presidente Hugo Chávez arribó a la Escuela Técnica Robinsoniana Manuel Palacio Fajardo, en la parroquia 23 de Enero, para ejercer su derecho ciudadano al voto, lo que hizo en breve tiempo, alargado solo por los saludos a los miembros de la mesa electoral y testigos, los flashes de los fotógrafos y las cámaras de televisión, e inmediatamente después dio la acostumbrada rueda de prensa con periodistas nacionales y corresponsales extranjeros.
Respondiendo a preguntas comparó las diferencias de los procesos electorales cuando la derecha le robaba descaradamente los votos a las izquierdas, los militares no gozaban de ese derecho y la distribución de las mesas privilegiaba a las clases altas y les negaban el voto a los pobres, por lo que el pueblo no tenía derecho a elegir.
Eran años tormentosos en que la abstención llegaba hasta el 80 por ciento y recordó que el presidente Rafael Caldera llegó a ese cargo con menos del 20 por ciento de los sufragios.
Aseguró que de acuerdo a la proyección, la participación de este domingo en las legislativas puede estar cerca del 70 por ciento, un nivel que se asemeja a las presidenciales.
Chávez subrayó el grado de madurez alcanzado por el pueblo y la confianza de que todo el que venga a votar sabe que su voto será respetado.
Reiteró que este no era solo un día de elecciones sino de lecciones, porque el Estado venezolano y esta nueva institucionalidad están dando lecciones, incluso al mundo, de democracia verdadera, participativa.
Comentando las posiciones anteriores de la oposición de retirarse de los comicios y ahora no, dijo que vienen obligados por su fracaso en el camino de la desestabilización, y pidió a todos respetar el resultado de porque «el pueblo está hablando y se impondrá la voluntad del pueblo».
La nueva Asamblea que se instalará en enero de 2011 continuará este camino y consolidará los mandatos constitucionales que todavía no han sido desarrollados en todo su potencial, afirmó el Presidente Bolivariano.
En respuesta a otras interrogantes de la prensa, dijo que ya él estaba en tiempo revocatorio y le extrañaba mucho que la oposición no lo haya convocado cuando esos grupos dicen que «yo estoy en el suelo».
Hizo también referencias a la situación en el continente ejemplarizando con Brasil, que el próximo 3 de octubre también va a sufragar para elegir nuevo presidente, y al respecto señaló que soplan buenos tiempos en el país vecino.
«En Sudamérica se prendieron las luces de la esperanza y no vamos a permitir que se apaguen», enfatizó, y que en Venezuela había comenzado a gobernar el pueblo y de seguro ninguna fuerza extraña por poderosa que sea podría sacarlo.
Apuntó además, citando a Fidel, a quien saludó con cariño y agradeció la Reflexión Si yo fuera venezolano, que Venezuela es hoy el epicentro de una batalla mundial, y el papel que en ella juegan los medios de comunicación que tanto en este país como en el mundo están en mayoría en manos de las clases dominantes.
Refutó las acusaciones de que no hay libertad de prensa y de expresión en Venezuela y dijo que probablemente no había tal libertad en ningún otro país del mundo, solo había que cambiar los canales de televisión, el dial de la radio y abrir las páginas de los periódicos para darse cuenta de esa libertad.
Al presidente Hugo Chávez lo esperó a su llegada y lo despidió una enardecida multitud, los pobladores del 23 de Enero, muchos de los cuales, luego de ejercer su derecho al voto en alguna de las seis mesas electorales de este Liceo reconstruido por la Revolución como cientos de escuelas más, según apuntó el líder bolivariano, se mantuvo en las afueras del centro para saludar con múltiples muestras de cariño a su Comandante-Presidente.
Chávez manejaba él mismo el vehículo en que arribó a este populoso y revolucionario barrio, un Veneirán modelo Samán de color «rojo rojito», construido en Venezuela en la industria que comparten con la República Islámica de Irán.