John Myers y su familia de Bloomfield, en EE.UU., asistían a la boda de un amigo. Decidieron tomarse una foto familiar y la imagen hubiera sido perfecta, de no ser porque. Myers había dejado el bolso a la entrada de la iglesia y cuando regresó por él, no estaba. Buscó en la imagen recién tomada y ahí encontró al ladrón con las manos en la masa. Glenn R. Lambright fue hallado en posesión del botín y arrestado. Cada vez se les ponen las cosas más difíciles a los cacos.