En los jardines del Palacio de las Convenciones, y durante un alto en los debates, los participantes de la cita habanera tomaron algunos minutos para dejar constancia gráfica de la reunión. Aparecen, de izquierda a derecha: Dr. Philbert Aaron, embajador de la Mancomunidad de Dominica ante la República Bolivariana de Venezuela y coordinador nacional del ALBA; Fander Falconí, ministro de Relaciones Exteriores, Comercio e Integración de la República del Ecuador; Daniel Ortega, presidente de Nicaragua; Hugo Rafael Chávez Frías, presidente de la República Bolivariana de Venezuela; Raúl Castro Ruz, presidente de la República de Cuba; Evo Morales Ayma, presidente de la República Plurinacional de Bolivia; Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas; Patricia Isabel Rodas Baca, secretaria de Estado en el Despacho de Relaciones Exteriores de Honduras, y Bruce Goodwin, embajador de Antigua y Barbuda en Cuba. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 04:53 pm
De forma «magnífica» marchan los debates de la VIII Cumbre del ALBA, declaró a la prensa el presidente cubano Raúl Castro, interrogado durante un breve receso de la reunión.
En el escueto intermedio que tuvieron al mediodía de este domingo las sesiones, también fue «asaltado» por los reporteros el líder venezolano Hugo Chávez, a quien los periodistas reclamaron sus opiniones sobre declaraciones recientes de la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton, quien amenazó a Caracas, Managua y La Paz, cuando consideró «una mala idea» lo que para el Departamento de Estado son «crecientes relaciones» de esos países con Irán, país al que acusó de ser el mayor promotor y exportador de terrorismo.
La «acusación» fue respondida ya por el presidente boliviano Evo Morales en La Paz: «¿Saben quién exporta terrorismo? La gente que manda tropas a otros países, la que instala bases militares. Ella es la que hace terrorismo. El gobierno de Estados Unidos es el que lo practica y hace», denunció.
Ahora, en La Habana, Chávez dijo apoyar las palabras de Evo, y consideró las vituperaciones de la Clinton como «uno de los signos de la ofensiva imperial», ostensible en el golpe de Estado en Honduras y el establecimiento de bases militares norteamericanas en Colombia.
Son los signos, alertó el Presidente venezolano, de una ofensiva imperial que trata de frenar el avance de las fuerzas progresistas y recuperar lo que siempre fue su patio trasero. Ante eso, patentizó, hemos acordado fortalecer el ALBA.
Las transformaciones las aseguran los pueblos
Por su parte, la canciller del legítimo gobierno de Honduras, Patricia Rodas, confirmó a la prensa que la Cumbre analiza la situación existente en su país, tal como habían adelantado los expertos, quienes prepararon los debates de este segmento de alto nivel.
El eje de los análisis, dijo, no es solo el golpe en Honduras, sino los efectos que este tiene en la región. Sobre el tablero, dijo, no está solo la forma en que se articulan las fuerzas de la derecha, sino los efectos de esa articulación sobre el movimiento social y sobre las fuerzas progresistas y revolucionarias. Ese es el punto de análisis, indicó.
Se trata, dijo, de ver cómo el ALBA, en su calidad de alianza regional solidaria y cooperante, va a continuar actuando, tanto en el espacio geográfico hondureño como hacia adentro de los sectores que hasta hoy han dirigido los mecanismos de cooperación, expresados en las distintas misiones sociales.
El ALBA es lo que nos estructura y articula, afirmó, y ha recreado las posibilidades para conseguir las formas alternativas de transformación, de modo que no sea solo el triunfo electoral lo que garantice esos cambios, sino nuestros pueblos.