Los servicios de emergencia británicos se mantenían en alerta el sábado a la espera de más lluvia en el norte de Inglaterra, donde amplias zonas quedaron anegadas tras las precipitaciones más intensas en 50 años.
La Agencia Medioambiental informó que la lluvia caída entre jueves y viernes en el condado de Cumbria fue la más elevada de la que se tiene constancia desde 1955, y el secretario de Medio Ambiente, Hilary Benn, calificó lo ocurrido como «un evento que sucede una vez cada 1 000 años».
Varios ríos, desbordados, arrancaron cuatro puentes e inundaron varias localidades, de las que cientos de personas tuvieron que ser rescatadas, incluso con la intervención de varios helicópteros del ejército.