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La familia de Manuel Zelaya, presidente constitucional de Honduras, fue autorizada por el régimen de facto a proseguir viaje a la frontera con Nicaragua, tras mantenerla cercada por un retén militar durante cuatro días.
Xiomara Castro, su esposa, dos de sus hijos y la madre del dignatario, viajan en una caravana desde el municipio hondureño de Jacalaepa, El Paraíso, hasta el puesto fronterizo de Las Manos, donde se halla el mandatario desde el viernes.
Sobre la decisión de la Corte Suprema del gobierno de facto que ordenó permitir el paso a la familia presidencial hacia el punto fronterizo Las Manos, Zelaya comentó que es una «gran bofetada» para esta dictadura que impuso un estado de sitio, restricciones constitucionales, y limitación de libertades individuales.
La periodista de la televisora multinacional Telesur interrogó a Zelaya acerca del repentino repliegue de los militares golpistas en El Paraíso, a lo que el mandatario contestó que no se puede confiar.
«Me han mandado varios recados asegurándome que están dispuestos a asesinarme y con mi muerte, controlar la manifestaciones populares. Tengo que cuidarme para bien de este proyecto político que estoy dirigiendo en Honduras», aclaró Zelaya.
Los hondureños que han logrado llegar a Las Manos, lo hacen en calidad de refugiados políticos, y reciben todas las atenciones médicas y de alimentación necesarias, explicó el estadista a Telesur.
