25
En Teherán celebraron los 30 años de la Revolución que derrocó al Sha. Foto: Reuters TEHERÁN.— La República Islámica de Irán afirmó el martes estar lista para una nueva era de diálogo con Estados Unidos, basado en el respeto mutuo, pero advirtió que ello presupone cambios fundamentales y no solo tácticos en la política de Washington, reportó PL.
Al hablar en el acto conmemorativo del 30 aniversario del triunfo de la Revolución Islámica, el presidente Mahmoud Ahmadinejad destacó los logros del proceso iniciado por el ayatolah Ruhollah Khomeini en 1979, y abordó los principales desafíos actuales.
El mandatario pronunció su discurso ante cientos de miles de personas que desafiaron el intenso frío de Teherán y se congregaron en la emblemática Plaza Azadi (Libertad), portando banderas nacionales, pancartas, globos y fotos del Imán Khomeini.
Según Ahmadinejad, «la administración norteamericana (de Barack Obama) anunció que quiere cambiar y optar por el camino del diálogo, (pero) ese cambio debe ser fundamental y no solo táctico».
El gobierno persa, sin embargo, aclaró que para poder entablar una comunicación provechosa, la Casa Blanca tiene primero que reconocer el legítimo derecho de la República Islámica a desarrollar la energía nuclear con fines pacíficos.
Además, un nuevo marco de relaciones presupone el descongelamiento de los fondos iraníes en bancos extranjeros, y el levantamiento de los tres paquetes de sanciones impuestos en años recientes para obligar al país a renunciar a su programa de enriquecimiento de uranio.
«El pueblo iraní recibe con beneplácito los cambios y está dispuesto al diálogo, pero en un clima justo y lógico. EE.UU. se ha percatado de la inutilidad de la fuerza y por eso ha optado por cambiar», subrayó el mandatario.
De acuerdo con Ahmadinejad, la resistencia de la Revolución Islámica y de los iraníes ha propiciado que hoy Irán ya no esté bajo la sombra de la amenaza. «La amenaza se ha acabado, porque han intentado atacar en muchas ocasiones, y no lo han conseguido».
EE.UU. e Irán rompieron relaciones diplomáticas en 1980, luego de que Washington, que había apoyado la dictadura del shah Mohammad Reza Palhevi, consideró afectados sus intereses y arremetió contra el gobierno que derrocó a la monarquía persa.
