Washington._Los aspirantes presidenciales demócratas Hillary Clinton y Barack Obama buscan hoy seducir a sus correligionarios en Mississippi, próximo escenario de disputa entre ambos por la nominación del partido para la Casa Blanca, informa un cable de PL.
En una contienda electoral plagada de incógnitas sobre cuál será el desenlace de los comicios internos, un estado como Mississippi, que sólo aporta 40 delegados a la convención nacional de la organización, es ahora codiciado por los precandidatos.
De los 40 comisionados que otorgará el territorio, 33 son distribuidos entre los aspirantes en correspondencia con los por cientos del voto popular.
Los siete restantes llevan la etiqueta de superdelegados, rango que les permite inclinarse por Clinton u Obama en dependencia de sus intereses políticos.
Según las últimas encuestas, el senador afro-americano llega a Mississippi con la etiqueta de favorito, en gran medida gracias a que buena parte del electorado es de piel negra.
Para ser postulado a la presidencia de Estados Unidos, un político demócrata necesita de al menos dos mil 25 comisionados en la Convención Nacional, prevista para agosto, en Denver, Colorado.
Estadísticas del sitio digital especializado «Real Clear Politics» indican que, tras las asambleas de Wyoming realizadas el sábado último, Obama acumula mil 588 delegados, en tanto Clinton mil 465.
A diferencia de los republicanos, que aplican el principio «winner takes-all» (el ganador se lo lleva todo), los demócratas utilizan una compleja fórmula para distribuir a los comisionados, sobre la base de los porcentajes obtenidos por cada precandidato en las urnas.
Wyoming otorgó 12 delegados, siete fueron a la cuenta de Obama y cinco a la de Clinton.
Luego de las primarias de Mississippi, el próximo campo de batalla electoral entre ambos será Pennsylvania el 22 de abril.
Este es considerado el premio mayor entre los comicios que faltan, ya que aporta 188 delegados a la convención nacional.
En mayo están previstas votaciones en Indiana, Carolina del Norte, Virginia Occidental, Kentucky y Oregón, mientras en junio la disputa será en Dakota del Sur y Montana.
El presidente del Comité Nacional Demócrata, Howard Dean, llamó en días recientes a los dos contendientes a alcanzar «algún tipo de acuerdo» para impedir que la porfía entre ambos se extienda hasta la convención de la agrupación en agosto.
Dean deseó que las internas demócratas no continúen más allá de marzo o abril.
Mejor será que la investidura esté decidida antes de la convención, manifestó por su parte el senador Sherrod Brown, consciente de los sinsabores que genera el suspense.
Obama considera prematuro hablar de una posible fórmula con Clinton, ya que aún tiene por delante -según él- semanas de batalla por la postulación presidencial del partido.
En declaraciones a periodistas al concluir las primarias de Texas el martes último, el senador consideró estar en mejores condiciones que Clinton para hacer frente al senador republicano John McCain, quien en esa jornada completó el número de delegados necesarios para ser postulado por su organización.
Un estudio divulgado la víspera por el diario The Washington Post, evidenció que resulta casi imposible que Clinton u Obama lleguen sólo con el voto popular a la cifra de dos mil 25 delegados que necesitan para la investidura demócrata.
Por lo tanto, estará en manos de los llamados superdelegados la designación del candidato, y no en las bases del partido.
La pesquisa del Post arrojó que aún 300 comisionados de esa categoría no decidieron por quién de los dos aspirantes votarán en la convención nacional.
El rango de superdelegado lo ostentan congresistas federales y estaduales, gobernadores, alcaldes y otros líderes de la organización.