Según investigaciones efectuadas en 1996 y 97, citadas en la tesis de maestría del Dr. Martínez Rosa: «En los centros universitarios de Wisconsin y Florida fueron detectados anticuerpos contra un adenovirus en la sangre del 15 por ciento de los 154 obesos atendidos. El AD-36 causa síntomas similares a los del refrío común, pero también es capaz de inducir obesidad en los pollos. Durandhar y colaboradores, en tres estudios separados, han demostrado que los pollos infectados con este adenovirus desarrollaron dentro de las tres semanas siguientes a la infección de un 60 a 75 por ciento más de grasa que los no infectados.
«El mecanismo causal permanece todavía desconocido y según el propio investigador se debería a alguna alteración metabólica, ya que estas aves se vuelven obesas comiendo la misma cantidad de alimentos que las no infectadas. Los animales infectados, comparados con los normales, muestran una notable disminución de la actividad motora».