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El Movimiento de Países No Alineados se fortalece; Fidel (el presidente cubano, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz) se recupera, señaló el vicepresidente cubano Carlos Láge Dávila, en los minutos finales de un discurso en el que expuso los actuales desafíos que enfrenta el mundo, y que dejó inaugurado el segmento ministerial de la XIV Cumbre de MNOAL.
Otro mundo es necesario y posible, señaló Lage, para quien es esencial el papel que el Movimiento debe desempeñar en la búsqueda de un nuevo sistema de relaciones exteriores.
Somos, dijo al concluir, «no alineados a la guerra, no alineados al terrorismo, no alineados a las injusticias, desigualdades, dobles raseros»; somos, agregó, «alineados con la paz y la justicia».
Significó que el Movimiento debe luchar por un mundo donde no sea posible la agresión de país alguno, donde no se permitan situaciones como las que sufre hoy el Líbano, o las atrocidades de Israel contra el pueblo palestino.
Donde —agregó— los poderosos no intenten prohibir que una nación soberana acceda al uso pacífico de la energía nuclear mientras ayuda a otro a desarrollar e incrementar sus arsenales de armas de ese tipo, en clara alusión a las políticas de EE.UU. hacia Irán primero e Israel después.
Las palabras iniciales de la intervención del Vicepresidente cubano se dedicaron a recorrer los problemas más acuciantes que golpean hoy al planeta.
«En medio de guerras y de amenazas de más guerra, el mundo en que vivimos es cada día más injusto y desigual. El fin de la confrontación Este-Oeste no fue el comienzo de la paz que muchos soñaron», indicó.
«La historia real ha sido el dominio de una nación que ejerce presiones sin escrúpulos, que se considera con el derecho de invadir a cualquier país para alcanzar sus objetivos, y que conduce el mundo en que vivimos hacia la destrucción.»
Lage calificó de «absurdo y cruel el actual orden internacional». Mientras los gastos militares suman un millón de millones de dólares, cada año mueren once millones de niños a causa de enfermedades que se pueden prevenir y/o curar; dijo.
Se gastan, agregó, otro millón de millones de dólares en publicidad mientras 860 millones de seres humanos no saben leer ni escribir; 17 mil millones de dólares para alimentos de animales domésticos en los países ricos mientras más de 800 millones de personas van a dormir cada día con hambre.
Expuso que América Latina gradúa cada año 1 200 000 jóvenes universitarios a un costo per cápita de unos 20 000 dólares, sin embargo, el 20 por ciento de esa cifra: 240 mil recién graduados, van a trabajar o a investigar en países ricos sin que sus naciones de origen reciban indemnización alguna.
Lage también hizo un resumen de la actual crisis energética mundial. Los combustibles fósiles se agotan, las reservas probadas y probables crecen menos que el consumo, pero las sociedades ricas no han sido capaces de emprender radicales y profundos programas de ahorro de energía que permitan ganar el tiempo necesario para desarrollar nuevas tecnologías.
El Vicepresidente cubano denunció, además, el actual deterioro del medio ambiente como consecuencia de un consumo irracional impuesto por el modo de vida de las naciones ricas.
Acusó al orden imperante hoy como responsable del destino de los miles de millones de personas que son empujadas al desempleo, la pobreza, el hambre y las enfermedades. Una nueva categoría, «la de sobrantes humanos, ha sido creada por el neoliberalismo», expuso.
Dijo que los conceptos de democracia y derechos humanos han sido convertidos más en pretextos que en objetivos, y aseveró que estos no pueden existir en un mundo cada vez más desigual.
«Los conceptos de soberanía limitada, intervención humanitaria, guerra preventiva y cambio de régimen son conceptos fascistas, no son teorías modernas para defender la libertad y combatir el terrorismo», señaló.
En otro momento expuso que la pobreza que sufren hoy las mayorías, es consecuencia de siglos de colonialismo y neocolonialismo y de un orden económico internacional injusto.
«Más privatización, más desregulación, más libre comercio, equivale a más desigualdad, más pobreza, más marginación», enfatizó.
En su discurso del segmento ministerial de la XIV Cumbre del Movimiento de Países No Alineados, Lage también denunció la complicidad de los gobiernos de los países centros con el narcotráfico, las drogas y las mafias, que son, dijo, «resultado de la cultura del consumo y el dinero como exclusivas motivaciones del ser humano en los países ricos».
También denunció que «el terrorismo es consecuencia de la injusticia, de la falta de educación y de cultura, de la pobreza y desigualdades, de la humillación sufrida por naciones enteras, del desprecio y subestimación de unas creencias, de la prepotencia, el abuso y los crímenes». El terrorismo, señaló, «no es consecuencia de ideologías radicales que deban ser barridas con bombas y misiles».
El dirigente cubano denunció, además, la construcción de muros entre las fronteras de naciones, la hipocresía de los países ricos que proclaman el libre comercio pero gastan mil millones de dólares diarios en subsidios a favor de sus agricultores —«tres veces lo que destinan a su ayuda al desarrollo»—; el escape de los capitales del Sur hacia los bancos del Norte.
Este, dijo, «es el mundo que nos ha regalado el Consenso de Washington, el neoliberalismo, las transnacionales, el FMI, el Banco Mundial, el gobierno de los Estados Unidos y los países poderosos».
Más adelante señaló que ese «orden o desorden mundial económico y político que alimenta las desigualadas o conduce al caos, se pretende perpetuar porque beneficia a unas pocas naciones» y ni siquiera a todos los que allí viven.
Carlos Lage exhortó a los participantes en el segmento ministerial de la XIV Cumbre del MNOAL a «luchar por un orden económico mundial más justo y equitativo, donde prime el trato preferencial y diferenciado para los países del Tercer Mundo».
Expuso que las organizaciones financieras internacionales están incapacitadas para comprender y dar respuesta a los problemas actuales, por lo cual «han de ser abolidas» y crear otras que busquen «acabar con el hambre y no con los hambrientos».
Señaló que la Organización de Naciones Unidas debe ser reformada y convertida en un instrumento de paz. Establecer, expuso, una organización que pueda cumplir los principios rectores plasmados en su Carta.
Dijo, además, que el Consejo de Seguridad debe ampliar su membresía, hacer transparente sus decisiones y abolir el derecho al veto que ostentan unos pocos.
Estos objetivos, expuso, no son fáciles de alcanzar, pero la única manera de alcanzarlos es luchando por ellos.
Pareció imposible luchar contra el colonialismo, la victoria sobre el fascismo, la victoria de Viet Nam, y la eliminación del Apartheid, pero lo mejor de la historia de los hombres ha sido la realización de unos sueños que antes parecieron imposibles, recordó.
