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El oro sabe a Cuba

La selección antillana de Béisbol 5 retuvo este sábado el título de la Copa Mundial de la disciplina disputada en Hong Kong, luego de derrotar en dos cómodos parciales al equipo de Japón

Autor:

Raciel Guanche Ledesma

Al menos en el béisbol 5 no han existido casualidades. Ni siquiera ahora en Hong Kong, durante la 2da. Copa Mundial de la disciplina, hubo un equipo que amenazara con arrebatarle el trono a la mejor selección del planeta: Cuba. La Mayor de las Antillas es dueña y señora invicta del reinado universal, y la mirada frustrada de los jugadores japoneses fue testigo otra vez del romance cubano con la cima del podio.

En una final reeditada frente a los de la tierra del Sol Naciente, los nuestros no dieron márgenes a las dudas y resultaron implacables. Si bien, en el partido disputado entre ambos equipos en la superronda, los asiáticos ganaron el primer set a los caribeños en la historia de estas lides, ahora los jugadores bajo la tutela de Pablo Terry se sacaron la espina a lo grande, venciéndolos en dos cómodos parciales donde estuvo incluido un fuera de combate antes de las cinco entradas reglamentarias (16-1 y 7-5).

El poderío ofensivo volvió a dejar atónito al contrario, casi sin respuestas desde el comienzo de la discusión del título. Nuevamente, Orlando Amador y Briandy Molina, el uno-dos más completo de este deporte, sentaron cátedra como primeros hombres en la alineación. Ambos compilaron de 11-8 en el partido y anotaron cinco carreras cada uno. Mientras que la talentosa artemiseña Haila González y la guantanamera Chaquira Azpiazú vivieron otra final mágica, donde se agenciaron seis indiscutibles en diez comparecencias a la goma y remolcaron, entre las dos, a nueve compañeros.

Briandy Molina volvió a ser reconocido como Jugador más valioso de una Copa del Mundo. Fotos: WBCS

Importante resultó también en el juego el aporte de Cristian Basabe (6-5 y 5 CI) durante el primer set, y de Yiliena Otamendez (5-4 y 3 CI) en el segundo parcial. Para los samuráis japoneses vuelve a quedar la espina clavada en sus aspiraciones, pero, siendo justos, no existen reproches cuando se pierde ante Cuba en esta disciplina.

Más que liderar estadísticas en la 2da. Copa Mundial del aún novel deporte, el seleccionado antillano condujo los partidos como eso: un equipo donde todos aportaron y cumplieron su rol. Tanto los jugadores titulares como los de cambio respondieron a cada situación de juego para cumplir el objetivo de ser nuevamente campeones. 

Por ello, no sorprende que solo Haila González haya comandado el liderazgo en carreras impulsadas del torneo; y Briandy Molina, el de anotadas. En realidad, los números individuales se agrandan cuando funciona la unidad y la empatía dentro de los deportes colectivos. Justo ahí, radicó la mayor virtud de estos muchachos.

En momentos tan grises por los que atraviesa nuestro deporte nacional, carente de resultados a todos los niveles, logros como los del béisbol 5 llenan un poco de oxígeno y orgullo a la ávida afición cubana. Sin embargo, habrá que seguir repensando cómo mantener la disciplina en la élite universal porque, detenerse en el tiempo o confiarse, sabemos, suele ser muy peligroso en el deporte moderno.

Aunque joven, en el béisbol 5 nos pasa ahora como a la España imbatible del fútbol en un período de este siglo, o como a los Dream Team del baloncesto olímpico estadounidense sosteniendo el reinado absoluto. La dinastía cubana en Copas Mundiales dentro de un deporte salido de nuestros barrios con el exquisito recuerdo a la niñez, nació en el Zócalo de la Ciudad de México, y quedó intacta nuevamente en Hong Kong.

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